Capítulo 41: Nunca seremos lo que solíamos ser

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Tras cruzar la puerta hechizada del departamento en Nueva York, Stiles, la manada Stilinski y Derek aparecen en la entrada de la casa de los Parrish Martin.

-Hemos vuelto.- dijo Christine con una sonrisa, feliz al reconocer el hogar de los tíos de su alfa.

-Vengan.- les indica Stiles con una media sonrisa, guiando con sus brazos a Dalton y a Robin al interior de la casa, siendo enseguida seguido por los demás chicos, mientras que Derek se mantiene a espaldas del grupo, sosteniendo la mano de su sobrina que se ha negado a soltarse- ¿Lydia?

-¿Stiles?- responde la pelirroja, encontrándose todos finalmente en la sala de la casa. Sin tardar, la pelirroja corre hacia ellos, abrazándolos con fuerza- Gracias a Dios... No saben lo preocupados que estábamos, y lo mucho que los echamos de menos. Me alegra tanto que estén de regreso.- les dice a los adolescentes acariciando sus cabezas.

-Nosotros también te extrañamos, tía Lydia.- contesta Dalton apoyando su mejilla en su hombro, a lo que los betas asienten estando de acuerdo.

-Están todos bien, ¿verdad?- les pregunta separándose un poco para verlos mejor, a lo que los menores asienten, sonriendo felices por su preocupación- Bien, entonces ahora quiero que me cuenten todo lo que hicieron mientras estuvieron en Nueva York.

De éste modo todos se sientan, salvo Derek, que para no incomodar a nadie, se mantiene en el umbral de la sala, y se ponen al corriente de esos días que estuvieron separados. Los chicos les cuentan todo lo que hicieron y vieron en la gran ciudad, y los mayores les hablan sobre todo lo que pasó en Beacon Hills luego del ataque a la casa Stilinski.

-¿Entonces Scott McCall ya no es un hombre lobo?- le pregunta Rasmus a Stiles.

-No.- se lo confirma el castaño- Y no volverá a serlo, mientras yo no cambie de opinión.

-Es increíble...- comenta el rubio viéndolo con fascinación al igual que sus compañeros de manada- Con todo lo que Dalton nos contó de ti, pensaba que eras poderoso, pero nunca imaginé que tanto.

-Gracias a Dios que estás de nuestro lado.- dice Dominic, y todos se ríen por su comentario.

-¿Y cómo está nuestra casa?- pregunta esta vez Dalton.

-Me temo que no sobrevivió del todo al ataque.- responde Derek con seriedad, y enseguida el ánimo y las expresiones de la manada decaen.

-Pero sigue en pie, al menos las partes más importantes.- les dice Stiles enseguida para tranquilizarlos- Lo que fue destruido puede ser restaurado con magia, y aunque no era lo que tenía en mente, se me ocurrió que esta es una oportunidad para remodelar la casa.

-¿Remodelarla cómo?- pregunta la beta pelinegra con gran interés.

-Pues ya que somos ocho personas viviendo ahí, había pensado en proponerles expandir ciertas partes para que podamos vivir más cómodos, y ajustarla mejor a las necesidades de nuestra manada.- le responde el castaño con una sonrisa- Podríamos agregar un par de baños, expandir las habitaciones, tal vez armarios para cada uno...

-¿Una sala de cine?- preguntan Robin y Dalton emocionados.

-No es mala idea.- reconoce la chispa con una sonrisa- ¿Qué dicen? ¿Les gustaría ayudarme a remodelar nuestra casa?

-¡Sí!- responden los adolescentes entusiasmados, pero antes de que puedan comenzar a profundizar en la idea, el estómago de Dean haciendo ruido por el hambre llama la atención de todos.

-Ya es hora de almorzar.- comenta Lydia viendo la hora en su reloj de muñeca- ¿Qué les parece si vamos a un buen restaurante a comer?

-Podríamos ir a una pizzería a la que nos gusta ir.- propone Dalton con una sonrisa- Se llama Mozzu. Su pizza es excelente, y hacen tamaño extra familiar de todos los ingredientes que quieras.

HIJO DE UNA CHISPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora