Cuando un nuevo día comienza en Beacon Hills, Dalton es el primero en despertar, y aún somnoliento se sienta en la cama, viendo a su alrededor algo desorientado, notando a los betas aún dormidos a su alrededor y la luz del sol traspasar las cortinas, iluminando así su habitación. Confundido por tal hecho tomó su celular de encima de su mesita de noche para ver la hora y se espanta al ver que pasaban de las 11 de la mañana, y ellos seguían en la cama.
—¡Chicos, despierten!— exclama alarmado, y los betas al escucharlo se despertaron y se sentaron rápidamente, viéndose sorprendidos y algo asustados por el repentino grito del menor.
—¡¿Qué?! ¡¿Qué sucede?!— le pregunta un muy alarmado y preocupado Dominic, creyendo que estaban en peligro al igual que sus hermanos que estaban en posición defensiva viendo hacia cada rincón de la habitación en busca de una amenaza— ¿Estás bien?
—No, y ustedes tampoco. Nos quedamos dormidos y no fuimos a la escuela.— le contesta aún alterado. Los betas al oírlo dejan salir el aire de sus pulmones en un suspiro, volviendo a calmarse.
—Oh, así que era eso...— dice Rasmus volviendo a dejarse caer sobre la cama y acomodarse envuelto en su manta. Al verlo el castaño alzó una ceja confundido por la calma de los betas, así que Christine sonriente decidió a explicarle.
—No te preocupes, Dalton. Tenemos permiso para quedarnos aquí hoy.
—La señora Martin dijo que no tenía sentido que fuéramos un viernes, y que era mejor que nos reintegráramos el lunes por la mañana la próxima semana.— le contó Dominic.
—¿Pero no nos meteremos en problemas?— les preguntó el menor, viendo al lobo pelirrojo y a la única loba recostarse apoyándose sobre sus codos.
—Nop. Como dije, tenemos permiso.— respondió Christine con una sonrisa despreocupada.
—Oh... Supongo que entonces está bien.— murmuró el chico, volviendo a dejar su celular sobre la mesita de noche, para volver a recostarse ahora un poco más tranquilo.
—Lo está.— dijo Dominic acostado a su lado, ladeando su rostro para verlo— ¿Ahora qué quieres hacer? Podemos seguir durmiendo, o sólo quedarnos aquí tirados todo el día.— le propuso.
—Ya no puedo seguir durmiendo una vez que despierto, y estar en la cama por mucho tiempo hace que mis articulaciones duelan después de un rato.— comentó el menor pensativo.
—En ese caso vamos a desayunar,¿o a almorzar? No sé qué hora es.— habló Christine mirando al castaño, que se sentó y estiró su brazo para tomar su celular y ver la hora una vez más.
—11:45.— informó Dalton.
—Almorzar.— dijeron los tres betas.
—De acuerdo.— dice Dalton, y así se levanta de la cama, poniéndose sus pantuflas caminando hacia su armario para escoger la ropa que se pondría ese día, pero al olfatear el olor en su cuerpo hace una mueca de asco, cambiando de opinión. Entonces voltea a ver a sus amigos— Um, creo que deberíamos tomar una ducha y vestirnos con ropa limpia antes de hacer cualquier otra cosa.
—Está bien.— responde Dominic estirándose apoyado en la pared, mientras que sus hermanos se levantan de la cama.
—Bien. Anoche vi toallas en el armario del pasillo, y tal vez puedo prestarles algo de mi ropa, o preguntarle a mis tíos si pueden usar algo de la suya, al menos por hoy.— les propone a los betas, que se ven entre ellos y asienten.
—Suena como un plan.— dice Christine sonriente, acercándose al castaño.
—Mientras no les incomode a tus tíos, no tengo problemas.— dice Rasmus apoyándose en el hombro de su hermano parado junto a la cama.
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HIJO DE UNA CHISPA
FanficStiles regresa a Beacon Hills junto a su hijo para asistir a la boda de Lydia y Jordan. A su vez, la manada regresa al pueblo después de 15 años para una reunión de manada, no sabiendo que el castaño está de regreso. Pese a que todo parece perfecto...