Capítulo 20: Una nueva amenaza

1.1K 81 12
                                    


Cuando Dalton se sintió más tranquilo, él y sus betas se encargaron de limpiar un poco la casa Stilinski, separándose por estaciones para no toparse entre ellos. Dominic y Rasmus se encargaron de la sala, Christine del comedor y Dalton de la cocina, y lo primero que hizo fue tirar toda la comida podrida dentro del refrigerador.

Una vez que el lugar se vio más o menos decente, se reunieron en la sala, dejándose caer en el sofá, donde por fortuna cabían los cuatro.

—¿Cómo te sientes, pequeño alfa?— le preguntó Rasmus desde uno de los extremos del sofá.

—Bien, no te preocupes. Supongo que sólo me puse algo sensible al tener el olor de mi padre conmigo después de tanto tiempo. En el hospital puedo olerlo, pero está mezclado con el olor a higiene y desinfectante, y no es lindo.— le responde.

—Entiendo.— dice el beta rubio de manera empática— ¿Qué te parece si vamos todos juntos mañana a verlo? Podemos estar ahí para hacerte compañía si necesitas apoyo emocional, y al fin podríamos conocerlo.— le propone, y Dalton le sonríe, pero pronto su sonrisa se transforma en una mueca, y sólo Dominic conoce el motivo.

—¿Qué tienes?— le pregunta Chris sentada a su lado tocando su hombro con preocupación.

—Hay algo que no les he dicho, y si vamos a ir mañana a verlo, es justo que lo sepan. Así estarán un poco más preparados.— les dice mirándolos, y tanto Rasmus como su hermana le ven con curiosidad y preocupación a partes iguales— Mi padre está en coma.— suelta, y los betas se congelan al oírlo— Ha estado en coma desde el día que se encontró con la manada Hale/McCall afuera de la veterinaria. Él estaba pasando por un estado de salud complicado que le daba una esperanza de vida de un par de meses, pero el verlos ese día lo hizo colapsar y su cuerpo no lo resistió. Los doctores lograron salvarle la vida, pero ha estado inconsciente desde entonces, y existen pocas posibilidades de que despierte.— les cuenta.

Los hermanos permanecen en silencio por un par de minutos, digiriendo la información que acaban de recibir. Ahora estaban un poco más molestos con su antigua manada, y se sentían mal por Dalton. Ellos habían perdido a sus padres, y había sido una experiencia desgarradora, y se podría decir que no los tuvieron tanto tiempo, pero el castaño ha estado con el suyo por 15 años. Podían imaginar lo difícil que debía ser ver a su progenitor cada día, sin saber cuál sería su destino.

Christine lo abrazó, y el chico le correspondió el abrazo.

—Lo lamento mucho, Dalton.— le dice la chica, y el menor sonríe, separándose para verla a los ojos, notando las lágrimas agruparse en ellos.

—Descuida, está bien.— le asegura.

—Justo cuando creía no podría estar más molesto con la manada.— dice Rasmus en un gruñido bajo.

—No es culpa de ellos.— le habla el menor, viendo a los betas verlo con una ceja alzada— Bueno, un poco sí lo es, pero no a propósito. Nadie podía adivinar que mi padre tendría un colapso. Y si lo piensas fue para mejor. Sin el colapso mi papá hubiera muerto en dos meses, pero ahora con el coma, ha vivido más de lo que estaba previsto.— les explica— De cierta forma fue un golpe de suerte.

—Si lo ves así...— dice Christine no muy convencida.

—Si el señor Stilisnki no estuviera en estado de coma, ¿no te hubiéramos conocido?— le pregunta Dominic con el ceño ligeramente fruncido.

—Nos hubiéramos conocido de todas formas, porque yo viviría en Beacon Hills con mis tíos si mi padre hubiese muerto. Hay un documento legal que estipula que ellos pasarían a ser mis tutores en caso de su muerte.— le contesta— Aunque no estoy seguro si seríamos amigos.

HIJO DE UNA CHISPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora