La joven manada Stilinski, luego de tener una larga mañana de merecido descanso, se levantó, comieron un buen almuerzo preparado por Dalton, y salieron de la casa rumbo al hospital para poder visitar a Stiles.
—Hola, papá.— lo saluda Dalton acercándose a la cama y caminando hasta quedar de pie junto a la cabecera, donde se inclinó un poco y acarició con cariño el cabello de su padre.
—Hola, señor Stilinski.— saludan los betas acercándose al mayor inconsciente en la cama, y una vez de pie a su alrededor, le hacen cariño en los brazos y manos, comenzando como cada vez que lo visitaban a quitarle el dolor, y Dalton no tardó mucho en unírseles, tocando la frente de su padre, notando gratamente que ahora el dolor que tomaban ya no era tanto.
—Ya estás mucho mejor.— le dice acercándose a su oído, y los cinco betas sonrieron felices al notar que era cierto, y se acomodaron mejor para seguir con su tarea por un par de minutos más— Tenemos mucho que contarte. Han pasado muchas cosas últimamente.
Luego de pasar un par de horas acompañando a Stiles, los chicos se fueron, no sin que antes Dalton agregase los nombres de Erika, Isaac y Boyd a la lista de personas autorizadas para visitar a su padre.
Entonces Dominic conduce hasta la zona suburbana del pueblo y pasan a recoger a Robin. Al estacionarse frente a la casa de la pelirroja, el joven alfa baja del auto, siendo acompañado por su fiel beta pelirrojo, que lo seguía de cerca.
—¡Hola! ¿Qué están haciendo aquí?— preguntó la chica al abrir la puerta y ver a los dos lobos frente a ella.
—Venimos a buscarte para tener una reunión de manada.— le respondió el castaño con una pequeña sonrisa— Tenemos que hablar.
Sin mayores explicaciones y confiando plenamente en ellos, la chica entró a su casa a buscar su chaqueta y celular, se despidió de su familia, y se fue con la manada a la casa Stilinski.
Tras llegar, todos entran a la casa y se van directamente al comedor, donde se apresuran a tomar asiento, trayendo una silla extra para Robin, que en ese momento era su invitada.
—Bien. ¿Por qué no comenzamos esta reunión, contigo diciéndole a los chicos lo que me dijiste esta mañana?— comenzó diciendo Dalton.
—Está bien.— dijo la pelirroja, ligeramente nerviosa, por las miradas expectantes de los betas sobre ella— Quiero recibir la mordida de alfa de Dalton, y convertirme en una beta de la manada Stilinski.— los jóvenes betas se vieron entre ellos, mientras de Maddeleine desvió la mirada con clara molestia.
—¿Y cuando tomaste esa decisión?— le pregunta Christine viéndola con seriedad, apoyando sus manos juntas sobre la mesa.
—Ayer por la mañana.— responde la pelirroja.
—¿Y podemos saber el motivo?— pregunta Dominic igual de serio que su hermana.
—Porque quiero ser útil y ayudarlos a proteger Beacon Hills.— responde la menor, y más de uno alza una ceja— No sé luchar, porque soy medio asmática y nada atlética; tampoco sé usar un arma, que por cierto me dan un poco de miedo, y no tan lista o creativa para idear planes que de hecho funcionen... Pero si me convierto en mujer loba, seré más fuerte, dejaré de tener asma y tendré mejor condición física, y podré ayudarlos a luchar.— les expresa con una seriedad poco usual en ella, pero dejando salir a flote ese optimismo que tanto irritaba a Maddy cada vez que la tenía cerca. Los Stilinski se vieron entre ellos, y la beta rubia rodó los ojos mientras negaba, para que luego todos volvieron sus miradas hacia Robin— Por favor, ¿puedo ser parte de su manada? Estoy segura de que sería una excelente beta.
—Y nadie lo duda.— dice Dalton— Con el debido entrenamiento y apoyo, estoy seguro de que podrías llegar a ser increíble.
—Hay un "pero", ¿no es así?— pregunta la pelirroja con una mueca.
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HIJO DE UNA CHISPA
FanfictionStiles regresa a Beacon Hills junto a su hijo para asistir a la boda de Lydia y Jordan. A su vez, la manada regresa al pueblo después de 15 años para una reunión de manada, no sabiendo que el castaño está de regreso. Pese a que todo parece perfecto...