Capítulo 38: El nuevo presente

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Los ojos de Dalton se abrieron lentamente, y cuando el aire entró a sus pulmones, lo sintió tan frío y seco, que no pudo evitar toser y comenzar a jadear. Cuando su respiración se reguló y sus ojos lograron enfocarse, se dio cuenta que se encontraba tirado sobre el suelo del viejo loft de Derek. Confundido por ello se sienta lentamente, preguntándose por qué se encuentra ahí, o por qué sigue estando con vida.

¿Así era como se veía el más allá para él?

Se levanta con cierta dificultad y mira por el ventanal, viendo los colores del atardecer colarse por el gran conjunto de nubes en el cielo, y sin saber qué más hacer, abandona el apartamento bajando las escaleras.

Al salir al exterior comienza a caminar por la solitaria zona en la que el viejo edificio se encontraba, sin comprender qué estaba ocurriendo. Todo se veía demasiado tangible y realista como para que no lo fuera, y por eso comenzaba a preocuparse. Miró sus manos, y al ver hacia abajo, notó las vendas que Deaton le había puesto en el abdomen luego de salir herido en la batalla junto a la joven manada Hale/McCall, y al tocarla siente la leve punzada de dolor al presionar sobre una herida en proceso de curación.

Eso lo asustó.

No debería sentir dolor. Según lo que había planeado, sin el alfa salvaje, él ya no debería existir. Pero el sentir dolor era una clara prueba de que seguía con vida.

Su respiración se volvió inestable, habiendo empezado a hiperventilar y a temblar de manera descontrolada, debido a lo que parecía el comienzo de un ataque de pánico.

¿Había fallado?

-¿Pero qué tenemos aquí?- escuchó a una voz masculina decir a unos metros frente a él, sacándolo de sus pensamientos, y al levantar la mirada vio a Peter Hale sonriéndole de manera inquietante- La sabandija al fin dejó su guarida, y no hay mocosos cuidándolo.- comentó, mostrándole sus ojos azules y colmillos de hombre lobo omega.

Notando el peligro de la situación en la que se encontraba, se obliga a calmarse para estar listo para defenderse de un pronto ataque, pero aunque lo intenta y por un motivo que no puede explicarse, no puede transformarse ni tampoco usar sus poderes de chispa, y antes de que Peter se transforme, comienza a correr lejos de él.

Por varios minutos corre tan rápido como sus piernas humanas se lo permiten, escuchando los fuertes pasos sobrenaturales del Hale detrás de él, adentrándose pronto al cada vez más oscuro bosque. Prácticamente ya había anochecido, y sin ver bien por dónde iba, avanzaba de manera torpe y algo lenta. Comenzaba a cansarse, cuando por culpa de lo que creyó era una raíz sobresaliente de la tierra, se tropezó, cayendo y rodando cuesta abajo por una colina y golpeando su cabeza contra una roca al detenerse, que por suerte no lo dejó inconsciente, y tan sólo un poco aturdido. Apoyándose en su antebrazo se levantó medianamente del suelo, pudiendo sentarse, y al tocar su cabeza, notó que estaba sangrando. Sin embargo, no tuvo demasiado tiempo para preocuparse por ello, pues al haber dejado de correr, pronto apareció Peter transformado y sonriendo de manera siniestra a unos metros de él.

-Probablemente Scott se moleste cuando se entere de esto, pero debe entenderlo. ¿Cuándo volveré a tener una oportunidad como esta? El poder de un alfa salvaje frente a mí para tomarlo.- Dalton lo mira con molestia y miedo a la vez, pues se encontraba indefenso.

El viejo lobo sabiendo que su presa se encontraba a su completa merced, sonríe ampliamente que va acercándose, y al verlo el chico retrocede como puede, sintiendo sus movimientos débiles y torpes por una posible contusión tras golpear contra la roca, pudiendo soltar un apenas reconocible y bajo gruñido de advertencia, que no podría intimidad ni a un conejo. Ya de pie frente a él, las zarpas del Hale se levantan para golpearlo, pero antes de que pueda tocarlo, una figura veloz y negra lo taclea por un costado, arrojándolo con fuerza por el aire y de éste modo alejándolo de Dalton, que sorprendido ve a un muy molesto Derek en su forma hombre lobo alfa pararse frente a él como una barrera para protegerlo. Peter poniéndose nuevamente de pie al verlo le gruñó con molestia por su intervención, intentando ver al chico oculto tras su cuerpo. Furioso y ahora un poco frustrado, ruge amenazante y Derek responde con un rugido propio, y corriendo el uno hacia el otro, comienzan con un violento enfrentamiento, que tras un par de minutos termina con el omega con un gran corte en el abdomen y uno más profundo en el cuello.

HIJO DE UNA CHISPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora