Capítulo 23: Necesitamos un plan

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—¿Qué eres?— le preguntó el sheriff a Jordan mientras éste lo curaba, pero no obtuvo una respuesta, y una vez que comprobó que ya no necesitaba su ayuda, el sabueso se alejó para poder ayudar al otro sobreviviente que comenzaba a despertar.

En ese momento finalmente pueden oír llegar los refuerzos para encargarse de la situación, o lo que quedó de ella.


Esa noche la manada Stilinski, Lydia, Jordan y Deaton van hacia el viejo loft para una reunión con la manada Hale/McCall para hablar sobre lo que ocurrió. El sheriff tenía que encargarse de explicar todo lo que pasó en la primaria a las autoridades y el pueblo así que Jordan aprovechó para escaparse y acompañar a su familia.

Al llegar al viejo edificio, pueden ver a todos los miembros de la manada Hale/McCall esperándolos.

—Gracias por venir.— dice Scott, dándoles la bienvenida— Creo que después de lo que ocurrió hoy, es conveniente establecer una alianza entre manadas como se debe. Ya no sólo nos estamos enfrentando a betas salvajes, ahora también tenemos cazadores en el pueblo.

—Se hacen llamar La Guardia.— habla Allison, tomando la palabra— Son cazadores del Reino Unido, y han venido para encargarse de la amenaza de los betas salvajes en Beacon Hills, o eso es lo que dice su carta de presentación, que dejaron en la mansión.— dice mostrándoles un sobre, despertando la curiosidad de la manada Stilinski— También explica que no le harán daño a nuestras manadas ni a nuestro territorio, y se irán en cuanto acaben siempre y cuando nosotros nos quitemos de su camino. Firmado por Clarke Edevane, matriarca de La Guardia. No son nuevas noticias.

—¿Los conoces?— le pregunta Lydia, y ella asiente.

—Son una de las familias más antiguas de cazadores del Reino Unido, y una de las más peligrosas.— contesta la cazadora— Aún así no matan sólo por matar, respetan a las manadas y a sus territorios, y sólo se dedican a deshacerse de amenazas sobrenaturales que esas manadas no pueden controlar y que están llamando demasiado la atención de los humanos.— explica cruzándose de brazos— No recomiendo interferir en su trabajo, son famosos por exterminar a la competencia y a las manadas que consideran incapaces de proteger el territorio en el que viven.

—No me gusta la idea de que vayan por el pueblo asesinando hombres lobo, pero si así nos deshacemos de la amenaza de los betas salvajes, creo que deberíamos considerar la oferta.— dice Scott viendo a los presentes en la habitación.

—No es una oferta. Es un ultimátum.— habla Jordan con seriedad— Matarán a todos los betas salvajes, los chicos desaparecidos, iguales a los que asesinaron en la escuela primaria esta mañana, y harán lo mismo con nosotros si intentamos hacer algo para evitarlo.

—Pero es un buen trato. Hacen el trabajo sucio por nosotros, y nos dejan en paz.— comentó Malia sentada en uno de los sofás— Yo digo que lo hagamos y nos quedemos tranquilos finalmente.

—No te pongas cómoda tan rápido. Aún estamos involucrados, aún si no seremos nosotros los que los casen.— habló Erika poniéndose de pie.

—Tiene razón.— habló está vez Dalton parándose derecho— Además atacaron a los niños, los cachorros de nuestras manadas. ¿Qué les hace pensar que no lo harán nuevamente? ¿O que esos cazadores lograrán encontrarlos antes de que vuelvan a atacar? No podemos quedarnos de brazos cruzados.

—El pequeño alfa tiene razón.— comenta una voz conocida, y al voltear todos ven a Peter y Derek Hale parados en la entrada del loft, y enseguida los Stilinski y Martin Parrish toman una postura defensiva mientras los ven con molestia— Nada garantiza que tengan éxito, o que cumplan con su palabra, pues hasta ahora no hemos demostrado que somos capaces de proteger nuestro territorio como se debe.

HIJO DE UNA CHISPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora