EPÍLOGO: En un pueblo llamado Beacon Hills

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Han pasado siete años desde que la manada Hale/McCall y la manada Stilinski se unieron al sheriff para enfrentar a una bruja y rescatar a los niños que ésta había abducido, y también siete años desde que Stiles volvió a unirse a su compañero destinado, Derek Hale. Ya en la actualidad, la joven manada Stilinski terminaba la universidad, y por las vacaciones de verano regresaban a Beacon Hills para pasar tiempo con sus familias, pero también para celebrar la boda del siglo con dos protagonistas muy especiales: Rasmus y Dean.

El día previo al gran evento, Stiles y Lydia se reunieron en una cafetería del centro.

-Estoy tan contenta de que los chicos estén de vuelta en casa.- dijo Lydia sonriente, contagiando con su sonrisa a Stiles.

-También yo.- contestó juntando sus manos sobre la mesa a la vez que un suave suspiro salía de sus labios- No vivo solo, pero he echado de menos el ruido estos últimos años.

-Te entiendo. Yo también lo extraño, y eso que tengo a dos adolescentes viviendo bajo mi techo.- comentó la mujer rodando los ojos- En serio, ya no sé qué hacer para mantener a esos dos en la casa.

-Mer vuelve de acampar esta noche, ¿no es así?

-Aunque estoy segura de que se dará una ducha, y saldrá corriendo otra vez detrás de las chicas Hale/McCall.- dice negando- No me lo tomes a mal, me agradan, pero me gustaría que al menos dejaran que mi hija pase algo de tiempo en familia de vez en cuando.- Stiles suelta una risita al ver la exasperación de su amiga- Bueno, supongo que debo agradecer que piden permiso para salir.

-¿Jordan ya los encontró?

-Más le vale a Clint llegar para el desayuno, o Kira que me perdone, pero mataré a su hijo.- Stiles vuelve a reírse- ¡No te rías! ¡Estoy preocupada!

-Lo siento, Lyds...- dijo tratando de parar de reír, apenas lográndolo- Pero debes admitir que es un poco gracioso.- Lydia soltó un bufido, y para no terminar maldiciendo, tomó su taza y sorbió de su café- Y sabes que no le pasará nada teniendo a Gar a su lado.

Hace casi dos semanas Garfield había llegado de la universidad por las vacaciones de verano, y en cuanto Clint se enteró, tomó su mochila con un par de mudas de ropa y dinero dentro y salió por su ventana para ir a su encuentro. Desde entonces nada se sabía de ellos, y los padres de ambos chicos junto a sus manadas entraron en pánico, aunque se calmaron un poco cuando Stiles les confirmó que seguían en el territorio y a salvo, y gracias a una nota dejada por el chico McCall, supieron que todo se trataba de un escape de dos enamorados, lo que no ayudó para calmar a los Parrish Martin.

-Estará castigado cuando llegue. Asistirá a la boda, pero después de eso, no volverá a dejar la casa hasta que vuelva a comenzar la escuela.- dijo Lydia con molestia. Stiles simplemente podía sonreír mientras tomaba café, procurando ahorrarse sus comentarios para que la banshee frente a él no se enfadara más con su hijo y por consecuencia con él- Como sea... ¿Cómo están los novios?

-Emocionados por la boda, pero no tan emocionados por tener que separarse esta noche.- responde encogiéndose de hombros y haciendo sonreír a la pelirroja- Tomó una semana y el esfuerzo en conjunto de Dalton, Chris, Anika y Robin y un soborno con carne de bisonte para que Dean accediera separarse de su compañero destinado.

-Espero que pueda soportarlo.

-También yo, aunque de todos modos pondré una barrera alrededor de la casa cuando Rasmus se vaya a la mansión, para evitar escapes nocturnos de lobos franceses.

-Haz una doble sólo por si acaso.- le sugirió la pelirroja sonriendo con diversión, y Stiles haciendo una mueca asintió de acuerdo.

Muchas cosas cambiaron para las dos manadas de Beacon Hills, y pese a los títulos y a vivir en casas separadas, ya eran prácticamente una sola manada por lo unidos que sus miembros se habían vuelto. Con el tiempo, Stiles, Lydia y Jordan retomaron su amistad con los Hale/McCall, y aunque no era tal como cuando eran jóvenes, eran muy cercanos y se llevaban bastante bien.

HIJO DE UNA CHISPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora