𝑇𝑟𝑒𝑠

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                Sunhee;

—Dios...es un arrogante —agito mi cabello recordando su forma de ser y tratando de apartar esta de mi cabeza.

—Igual te estaba probando, Sunhee —sonríe Wendy divertida—. Vió que le llevaste la contraria y eso le gustó.

—Duh —hago una mueca.

—Entonces —dijo Wendy sin dejar de sonreír— ahora trabajaras oficialmente para el ceo Kim Taehyung.

—Exactamente —asentí y me dirigí al frigorífico para abrir este y sacar una botella de agua.

—Hay algo que no me has dicho —mueve las cejas hacia arriba y abajo.

—¿Sobre que? —la miro sin entender.

—¿Es guapo? —pregunta continuamente ella luego de sentarse en la encimera.

—Supongo —murmuré vertiendo un poco de agua en uno de los vasos.

—¿Supones? —me miró incrédula.

—¿Que más dá? —contraataqué yo—. Tengo que matarlo ¿recuerdas?. No me voy a fijar en su físico y si tiene la cara bonita –murmuré lo último y dí un sorbo a mi agua. No iba a dar detalles de su rostro. Claro que no. Ni de su sonrisa y de...aghn. Nada.

—Lo que tú digas —levanta sus manos ella y yo me termino toda el agua para suspirar.

—Aunque me come la duda acerca de algo.

—¿Que cosa? —alza una ceja ella mirándome.

—¿A que se habrá referido ese  hombre con que ese Taehyung tiene lo que es suyo?. No puedo entederlo —susurré—. ¿Quizás alguna mujer?.

—Pues quien sabe —Wendy mira hacia el techo pensativa—. Es un hombre de negocios. Se supone que...muchos deben querer su muerte, ¿no es así?.

—Mhm —asentí por una parte de acuerdo con ella—. Tienes razón.

Wendy se fue en la tarde y yo me encontraba en la cocina haciendo la cena. Quité la oya del fogón y fue tan reconfortante el delicioso olor del ramen que se extendió al alrededor. Empecé a servir este en pequeños bowls y fui poniendo todos estos encima de una bandeja un poco grande.
Salí de mi casa y caminé un poco hasta llegar a donde estaban todos esos ancianos que lastimosamente se habían quedado sin hogar.

—Sunhee —sonríe el señor Jun.

—¿Cómo está? —me agaché frente a él—. Le traje ramen –sonreí.

—Oh niña. No te tenías que haber molestado —sonríe casi sin fuerza.

—Esta bien. No es un problema para mi —le sonreí y le entregué un bowl.

Luego fui acercandome a los demás y fui dandoles un bowl a cada uno de ellos. Me hacía bien verlos comer. Y hayaba tan injusto que muchos estuviesen en la calle por culpa de alguna deuda, o que sus hijos hayasen sido tan hijos de puta como para dejarlos en la calle sin casa.

—¿Está bueno, cierto? —sonrío divertida.

—Eres la mejor cocinera de todo el barrio —dice otro de los ancianos.

—Lo sé —guiñé un ojo y les sonreí.

Algunos minutos después me regresé a casa y arquee una ceja al ver la puerta de esta abierta. Al entrar mi padre se encontraba tirado en el sofá mientras veía lo que al parecer resultaba un documental.

—Llegaste temprano —digo cerrando la puerta de metal.

—Hoy la lucha terminó rápido. Y gané mucho, por cierto —sonrió.

Straight to you |𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora