Straight to you |𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠 ✔

𝐶𝑖𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒

                    Taehyung;

Detuve el auto en el garaje, y bajé de este. Sunhee cerró la puerta del asiento copiloto cuando bajó y tomé su mano para dirigirnos al ascensor del estacionamiento que me llevaría directo a mi penthouse. Miré a Sunhee, que seguia con sus pensamientos lejanos y mirada perdida.
Quería saber que le pasaba, porque estaba aislada. ¿Que ocurría?. Pero no iba a presionarla. Y si al final ella no iba a contarmelo supongo que debía aceptar eso y respetarlo.

Por otro lado, dentro de mi tenía una pequeña felicidad inexpicable. Debido a que ella era SunSun. Esa niña pequeña que conocí cuando estaba en el orfanato. Podría decir que fue mi única amiga. Y que con ella era suficiente. No podía creer aún, que cuando fuimos pequeños, estuvimos juntos, teníamos recuerdos de ambos tan bonitos. Y que ahora, ya luego de tantos años, y siendo adultos, viniese a conocerla -sin saber que era ella- y que me terminara gustando de esta forma.

Dios...
El destino con sus trucos.

Una vez llegamos a mi penthouse, Sunhee se dirigió a el sofa y yo dejé mi llave encima de la barra.

-¿Tienes hambre? -le pregunto a Sunhee acercandome a ella y tomando asiento a su lado mientras la miraba. Había dejado de llorar, y de sorber la nariz, pero aún tenía la nariz roja y las pestañas mojadas de las lágrimas.

-¿Hay helado? -preguntó.

Sonreí inconscientemente y asentí.

-¿De chocolate?

Ella asintió varias veces y volví a sonreír para levantarme e ir a el refrigerador. Sunhee me siguió tomando asiento en uno de los taburetes frente a la barra y yo saqué el pote de helado, tomé una cuchara y me sente a su lado para quitarle la tapa al pote y tenderle seguidamente este con la cuchara a Sunhee, quién agradeció en un susurro y comenzó a disfrutar del helado.

Me quité mi blazer, poniendolo en el otro taburete a mi lado, y apoyé mi brazo encima de la barra viendo como comía de su helado.

-Sunhee yo...-empecé a hablar y ella dejó de comer, para mirarme- no voy a presionarte, ni tampoco voy a obligarte a que me cuentes algo que no quieras. Así que...si no quieres contarme lo que te estuvo pasando en estos días, lo voy a entender y voy a respetar tu decisión si no quieres contarme.

Pausé por unos cortos minutos y ya que ella no habló, proseguí.

-Pero quiero saber si estas bien. Si no...estás pasando por algo malo o...si todo está bien con respecto a nosotros -continué-. Quiero que si hay algo que-

-No tiene nada que ver contigo -dijo mirándome-. Y estoy bien, en serio.

-Está bien -suspiré-. Pero quiero que sepas que cualquier cosa que quieras contar, o si quieres hablar de algo, de lo más mínimo, yo te escucharé ¿mhm?.

Asintió despacio y suspiré.

-¿Podríamos ya no hablar de esto? -preguntó-. Prometo no seguir llorando y tampoco estar triste. Um...hoy supimos que nos conocíamos desde hace mucho ¿no?. ¿Deberíamos...salir y celebrarlo?.

-¿A donde quieres ir? -sonreí sin poderme contener.

-No lo sé. Sorprendeme tú -dijo y tomó una cucharada de su helado mientras mantenía la cucharra apoyada sobre sus labios-. Si mal no recuerdo no quisiste llevarme a bailar jazz.

Enarqué una ceja.

-¿Debería recordar que alguién estaba borracha? -dije.

-¡Aún así estaba consciente! -protestó y solté una risita.