Straight to you |𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠 ✔

𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑠𝑒𝑖𝑠

                     Taehyung;

—¿Su chófer esta afuera?. Él nos llevará a el zoológico —dice Sunhee a mi lado emocionada.

—No. Iremos en mi auto —respondí adentrando mi mano dentro de uno de los bolsillos delanteros de mi pantalón sacando la llave.

—Vale. Yo conduzco —ella me quitó la llave y me le quedé viendo sin saber que decir.

Caminó a pasos rápidos hacia mi auto detenido a unos pasos frente a la empresa.

Me quedo viendo como ella abre la puerta del asiento de chófer y entra a el auto seguidamente. Humedezco mis labios y abro la puerta del asiento copiloto para sentarme en el asiento también. Me pongo el cinturón de seguridad. Algo dudoso observo como ella enciende el auto girando la llave.

—¿Sabes manejar? —pregunto alzando una ceja.

—Claro que sé manejar —responde y pisa el acelerador. Gira en una vuelta entera el volante y sale de la fila de autos. Nos adentramos a la concurrida carretera de la ciudad.

Realmente pensé que conduciría despacio. Respetando las leyes de la vía. No llevandose las señales y manteniendo el control. Pero era totalmente todo lo contrario.
Gira el volante dejando a algunos autos detrás y la miro como si estuviera loca.

—¿Puedes ir más despacio? —la miro totalmente atónito.

—No puedo —negó y presionó el claxón una y otra vez. Trato de reír por los nervios pero me era imposible.

—¡Joder no! —aparto su mano y ella ríe divertida. El aire acondicionado estaba apagado y las ventanillas estaban bajas, por lo que el frío aire hacía mover su pelo y eso al parecer le encantaba.

Al contrario.
A mi me estaba dando pavor, maldita sea.

—¿Podría relajarse, director?. No voy a matarlo —dijo entre risas mientras me miraba de reojo y continuaba con su velocidad.

—¡La señal, joder! —exclamo y me pongo mi mano en la cabeza al ver como no respetamos esta.

—Dios —bufó ella—. ¿Podría estar tranquilo?.

—¿Y tú podrías reducir la velocidad? —exclamo alterado. Juro que me iba a dar algo.

—Es igual a Namjoon —bufó ella y alzé una ceja.

—¿Quién es Namjoon? —interrogué—. Como sea. Detente ahí. Yo voy a manejar.

—No. ¿Iremos a su velocidad? —rió y miró hacia el frente—. Ahora que estoy en el asiento de chófer, y usted en el de copiloto, puedo decir que, usted maneja como una jicotea.

—¿Perdón? —alzo mis ambas cejas observándola incrédulo y totalmente indignado.

—Lo que oyó. Podría dormir por horas en un auto si usted maneja. Es demasiado lento —negó y pisó una vez más el acelerador. Aumentó nuevamente la velocidad y sonó el claxón dos o tres veces seguidas haciendo que los autos de alante se dispersaran dandonos paso.

—¿¡Podrías parar!?. ¿Quieres que nos peguen una multa? —agito mi cabello frustrado y con el corazón a mil—. Sunhee detén el auto.

—Ay, ¿en serio? —resopla ella mirandome.

—¡Mira hacia el frente!. Y sí. Maldita sea. Para ya —ella bufa con enojo y resopla haciendo que los mechones de su flequillo se elevaran.

Frenó bruscamente haciendo que me fuese hacia el frente. Tome una bocanada de aire y expulsé esta con fuerza. Sin mirarla, bajé del auto y rodee este para llegar a su asiento. Y abrí este.