Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.

[28]

Un viaje hacia la sabiduría, hace que tú destino sea más evitable

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Karred:

—¡Ya basta! —logro abrir los ojos y paso la mano por mi cara.

—¿Pesadillas de nuevo? —Lotter abre la puerta y toma de la taza de té.

—Salias en ellas así que... Sí —aparto las sábanas de mi cuerpo y me levanto de la cama.

—¿Listo para ir con tu reina?

—¿Por qué dices cómo si no fuera la tuya? —abro las cortinas —todos estamos en esto.

—El plan fallido fue tuyo.

—Ah, ¿Disculpa? Pensé que habías tenido una mejor idea hasta entonces.

—No pensé que el brillante karred fuera a quedar como un estúpido.

—Soy tu maestro así que bajale a ese tono —me encamino hasta el baño —tengo una buena idea.

—¿Buena idea? Los guerreros se olvidaron de nosotros por tu culpa, casi nos mata el demonio y ¿Sigues queriendo hacer algo?

—Tenemos que ir con la reina y traer a Berlín con nosotros. Por algo volvió a la tierra y estoy seguro que el no está con ella.

—¿Como sabes tanto de eso?

—Porque soy un brujo —lavo mi cara —y tu deberías de confiar más en la magia que en tu cabeza porque no te llevará a ninguna parte.

—Pues tu deberías de dejar de confiar en ella. Dejar de creer que ella no es más que una dulce princesa. ¿Sabes cuántos días estuvo en Taoz?

—¿De qué están hablando?

—Ah, hola Merlina —la miro através del espejo —solo estamos teniendo una discusión sobre...

—Sobre visitar a la reina, sobre Berlín, sobre Asroth y el vergonzoso fracaso de nuestro amigo Karred frente a todos.

—No creo que sea un fracaso —aclara ella —fue un plan que no sabíamos que iba a funcionar.

—Sin embargo teníamos fe.

—¡Lotter! —lo mira mal —solo creo que podemos hacer algo más. Por algo Berlín está en la tierra. La reina dijo que volvió sola y estaba en medio de un campo de trigo.

—¿Verdad? Es lo mismo que pienso —volteo a verla —creo que tenemos una buena oportunidad. Ella estuvo durante un mes aproximadamente en Taoz. Es como una espía sin querer serlo, conoce cosa de el, sabe cosas de él y estoy seguro que podemos hacer algo.

—Lo dudo —Lotter se cruza de brazos —y aunque fuera así ¿Quién nos ayudará ahora? No tenemos a nadie que nos respalde.

—Pues iré yo solo, pero tengo que detenerla y hacer todo lo posible para traerla aquí. El no podrá tenerla mientras ella esté en este lugar con nosotros.

—Es un buen plan.

—¿Ves? No todo está perdido.

—Pues se le olvida mi señor —Lotter toma un poco de té —que no estamos hablando de un violador o simple mortal. ¡Estamos hablando de un Dios!

—Se te olvida Lotter —tomo la taza de su mano —que soy Karred y desde que nací me estuve preparando para esto y si te tengo aquí no es para que me reproches, es para que digas 'si señor' porque para eso te compré.