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Berlín:

Justo como en mis recuerdos. Del mismo color. La misma textura. El aire, el arduo silencio, el frío leve que te hace pedir un abrigo y todo el ambiente muy mediabal de esos tiempos que no vivimos pero de los que tanto escuchamos hablar.

No hay nadie. Pensé, he soñado con este momento desde que me fuí. Pero no hay nadie, ni siquiera alguien cuidado el trono. Todo está como aquel día lo encontré. En ruinas, desolación y silencio.

—¿Por qué no hay nadie?

—Lo mismo me pregunto —doy un par de pasos con cuidado hasta una de las enormes ventanas vestidas con cortinas rojo pasión —pensé que estaría aquí.

—Estaban aquí —la voz masculina nos interrumpe y Merlina toma una pose de defensa pero solo veo a él hombre que le sirve a Asroth siempre. Muchas veces lo ví mientras él y yo hablábamos —disculpe la intromisión magestad.

Hace una reverencia y da un par de pasos hasta nosotros con sus manos detrás de su espalda. Tiene un atuendo simple en gris y un rostro bastante serio. Si fuera por mí fuera el último hombre al que confiaría pero Asroth confía en él.

—¿Dónde están?

—Todos están arriba —levanta su mano y luego su dedo índice —en Taoz. ¿No le comunicó al señor que vendría?

—No. Pensé que estaría en casa.

Hago una mueca de molestía —¿Puedes llevarnos?

—¿Qué? No creo que sea una buena idea Berlín —Merlina se me acerca un poco —estoy lo bastante segura que debe de estar ocupado.

—Ya te dije que no te hará nada —le extiendo mi mano para que la tome y como una niña pequeña lo hace —llévame a Taoz —me refiero al señor que solo mueve la cabeza de arriba abajo.

En un abrir y cerrar de ojos ya no estamos en Dolmor. Ahora estamos en Taoz en una calle de tierra a lo que parece ser. —¿Qué es esto?

Pregunta Merlina siguiendo al señor que sale de las calles. Me quedo parada viendo todo. Hay un olor a quemado muy grande como si hubieran quemado tierra y todo tipo de cosas —¿Vienes Berlín? —se asoma Merlina en la esquina de la calle.

—Si —me apresuro hasta por fin salir del callejón donde estoy, para quedar en lo que parece ser una plaza. Todo es de tierra, hay caballos sueltos en todas partes y carretas tiradas tambien. Todo es un completo desastre —¿Qué pasó aquí?

—El señor empezó la conquista. —¿La conquista? Merlina y yo nos miramos y ella hace un gesto de "¿Qué dice?" —¿Me seguirán?

Cada paso que damos y cada calle que pasamos me doy cuenta que aquí pasó algo muy malo. Está tan desierto, solitario, no hay nadie aquí y de la nada empezamos a escuchar pasos pero no solo de una o dos personas, hablo de pasos de muchas personas, como si fuera un ejército.

—El señor hace unos días decidió empezar a conquistar los primeros pueblos de Taoz. Lleva cuatro ahora mismo y en cada uno está su ejército.

—¿En cada pueblo? —pregunta Merlina mientras acomoda su cabello y presta toda su atención a nuestro guía.

—Kuset, Goker, Golan y Halen. Debería de verlo mi señora —voltea a verme con una sonrisa triunfante en su cara —el imperio que está creando es fascinante.

Ni siquiera sé cómo actuar. Puede que me haya preparado para muchas cosas pero jamás para ver a Asroth de este modo. Siempre lo he visto con sus ojos sobre mi, haciendo cosas dulces y lindas pero siento miedo de que esté diferente.

Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora