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Narrador omnisciente:

Todo había pasado tan deprisa que casi no tenía conciencia propia. La mente de Merlina vagaba de esquina a esquina mientras se preguntaba si todo lo que estaba pasando frente a ella era real o un producto de su imaginación. Tenía en el pecho atorado tantas preguntas pero que intentó callar tanto como pudiese pero cuando los ojos de Nhamiel detrás de la máscara la miraron supo que ya había leído mucho de ella por lo que lo tomó por el brazo y sin importar que los demás vieran se alejaron a la parte más lejana del salón casi en la puerta mientras que se acercaba y arreglaba su atuendo con el pretexto de hablar.

—Pienso ver tus ojos más seguidos de lo que los veo ahora —Nhamiel le sonrío mientras arreglaba su camisa y eso le hizo sonreír también.

—¿Qué tonterías dices?

—Hablo de que tus ojos son precioso y que mi idea es verlos más seguidos de los que lo veo ahora.

Se quedaron mirando un largo segundo casi que se ahogó y le hizo olvidar que estaban en una habitación llena de gente que trataba de disfrutar lo poco que les queda.

—¿Entiendes de lo que hablo? —alzó la ceja.

—Yo también quiero ver tus ojos todos los días... Espero que cuando cada uno tome su lugar siempre nos volvamos a ver —lo tomó de la mano y le sonrío abiertamente —ya sabes de lo que hablo... Taoz está lejos de Parafin.

—Entonces piensas quedarte.

Apartó sus ojos de los suyos que caen sobre Zeón que acaba de abrir con algo de torpeza la ventana viendo detrás de ellas algo... Sonrío al verlo.

—Ví morir a alguien que amé con toda mi alma y pensé que podía traerlo de vuelta y es algo que Berlín me dijo y sé que lo puedo hacer, me dieron un mapa con la información correcta pero... —niego un par de veces —no quiero hacerlo. El murió y me costó entender que después de la muerte no existe más nada que el dolor o el recuerdo eterno.

—Lo lamento...

—Supongo que tengo que buscar en que canalizar lo que me queda de vida. —juego con mis manos —tal vez nos veamos todos los días o tal vez cada tiempo... Pero estoy segura que lo que nunca se me olvidará serán tus ojos —lo tomo de las manos —estarán muy presentes en mí como el primer día que te ví.

—¿Me visitarás en Taoz?

—¿Tengo alguna otra opción? —bromeo —iré a visitar a Berlín cada que pueda hacerlo. Aún no estoy del todo bien con lo que está pasando. Tenemos que hacer algún plan, supongo.

—Estarás bien. Todo estará bien —me asegura —cada época tiene su principio y su final sin importar que tan cruel suene..

—¿Eso que significa...

—¡Es hora! ¡Es hora! —Zeón me toma de la mano y se une a nosotros —perdón por verme tan entusiasta con irme pero... Ustedes entienden, no hay cosa más increíble que volver victorioso de ciertas batallas.

—Hablas como si hubieses hecho algo más que quejarte —le doy un pequeño golpe y el me mira mal —cuentanos... ¿Cómo se siente Asroth?

—¿Asroth? ¿Cómo crees que se siente? Tiene a Berlín a su merced por lo que está increíblemente feliz. ¿Acaso no lo ves cariño? —abajo la mirada al escucharlo decir lo último —yo estuviera igual de feliz si después de todo la tengo a ella.

—Por supuesto que sí, mi señor está tan feliz que la quiere besar en cada esquina —vemos como bailan los dos juntos felices y sonrientes.

El aire aquí es tranquilizador por el momento, un peso de nuestros hombros a sido quitado sin remordimientos dejando que ahora cada uno piense que hacer en el futuro y qué es lo que nos depara. Puedo ver cómo de alguna u otra forma todos hemos cambiado. Puedo notar como entramos siendo una cosa y salimos siendo otra completamente.

Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora