Asroth:
Berlín duerme en la cama con las sábanas cubriendo su blanquecina piel, su cabello hace un bello contraste con los colores oscuros de las sábanas, su nariz fina y delicada, sus labios tan rosados, sus cejas pobladas y sus pestañas tan rizadas.
Hemos estado hablando todo el día, ella no ha parado de decir cosas que para mí son una especie de éxtasis, es como un nuevo conocimiento para mí, como algo necesario que no sabía que lo necesitaba.
Ella es única y me siento tan culpable al saber que ella, por algún motivo no se ama, no se quiere o no se vé como yo la veo, ¿Acaso puedo hacer algo más?
Cierro las cortinas y salgo de la habitación en completo silencio para no despertarla. Cierro los ojos y la transición se completa hasta el enorme salón principal donde está el trono.
Dolor, venganza, guerra, sangre, sufrimiento y poder.
Es una de las cosas que se dibuja en medio de las alas y desaparece, el trono tiene vida propia.
—Mi señor... Bovari y Plehus han venido para hablar con usted —Masfeth aparece frente a mí.
—¿Dónde están?
—En el salón oscuro.
¿En el salón oscuro de las reuniones?
Me encamino hasta allá, bajo las escaleras y mientras voy pensando, ¿Por qué quieren hablar conmigo en privado? Masfeth está en todas partes y está asociado al castillo igual que yo, significa que puede escuchar todo pero ¿Por qué ellos buscan privacidad?
—Mi señor —Bovari tiene un atuendo en verde y sus uñas tan largas como es posible.
—Me sorprende que hayan querido hablar conmigo aquí. —Tomo asiento lentamente viéndo a los dos.
El salón está cerrado completamente, dos pinturas grandes en cada lado y una enorme mesa con más de doce sillas. Este salón lo hice para las reuniones más privadas con todos los Untriet de la corte.
—Usted dijo que atacaría el próximo pueblo —Plehus es un hombre pequeño, oscuro de color y sin cabello.
Este hombre si es que le puede decir así, tiene el poder de multiplicarse en gran número. Está a cargo de una parte del Dolmor.
—Queremos compatir nuestras ideas —Bovari, inteligente como siempre sonríe maliciosa —si decidimos atacar cuatro ciudades al mismo tiempo, podemos avanzar más rápido.
Buena idea.
—Tenemos millones de almas a nuestra disposición, guerreros que matarían con una sola palabra suya, podemos avanzar más rápido y llevar al Dolmor al plano terrenal. ¿No le parece bien, señor?
Siendo sincero, me gusta la idea.
—¿Qué hay de los defensores de Taoz? —uno mis manos —no he sabido de ellos en años pero lo único que sé, es que algunos paganos han seguido sus creencias. No creo que sea buena idea llevar a nuestros hombres solo porque sí.
—¿Qué sugieres mi señor? —Plehus acomoda su saco rojo y me mira con toda la atención del mundo.
Como si quisiera saber mis ideas, como si fuera la especie de un maestro y el mi pupilo.
—Quiero llevar este plano a Taoz, vivir la vida como se debe y hacer que todos tengan su lugar —paso mis uñas por la manera gruesa —es mi anhelo, al igual que quiero destruir a todos por lo que me hicieron. Pero tenemos que dirigir con cuidado, hay defensores de Taoz que han seguido esas absurdas creencias creyendo que pueden encerrarme, tienen la absoluta certeza que pueden conmigo.
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Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.
Fantasi¿Qué tan cierto es que la oscuridad nos persigue y qué nos lleva a lugares que desconocemos? Pero la verdadera pregunta es; ¿Qué tan bueno es el mal? ¿Cuál son los secretos más oscuro que crees que sabes sobre ti misma? ¿Qué es lo que piensas de la...