Amor et officium non miscentur.
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—Estoy jodidamente celoso princesita —vuelve a decir encima de mis labios —muy celoso...Su voz, suena tan ronca y malévola. Oscura y tenebrosa pero de algún modo me hace desearlo más.
—Asroth...
—¡Por mi señor! —escuchamos los pasos apresurados de Timor así que nos separamos un poco pero sin quitarnos la mirada de encima —justo tengo lo que tanto he guardado.
—Me da gusto saber que aún lo tiene —comenta Zeón que entra al salón junto a él, con las manos en la espalda y una sonrisa amplia.
Me alejo un poco tomando asiento y tratando de verme tan normal como sea posible. Veo los hermosos tapices y las alfombras que se ven antiguas pero de alguna forma aún tienen un tipo de elegancia majestuosa, el color le da un toque tan sublime al lugar. Sin duda debe ser difícil vivir aquí solo y en silencio todo el tiempo.
—Hay un problema —al decir esto todos lo miramos. Sus ojos están puestos sobre un papel viejo y desgastado y luego voltea a vernos —tuve que firmar un contrato con mi señor por estos poderes y bueno... Me dió la llave como conocen la historia pero hay algo más —ojea de nuevo y une sus cejas —solo uno puede entrar entre las puertas.
—¿Una sola persona? —Zeón pasa la mano por su cabello y hace un gesto de disgusto.
—¿No hay una forma de cambiarlo? —Asroth camina hasta él esperando escuchar algún tipo de esperanza pero lo siento, siento como las emociones de Timor de algún modo se apagan.
—No la hay —acepto tragando grueso —Satán se encargó de que solo una persona entrara en sus puertas y por lo tanto así debe ser —afirmo mirando a todos hasta Merlina que está alejada pero pendiente a lo hablamos —yo iré.
—¿Tú irás? —la pelinegra se acerca con claro temor y también asombro —con el respeto que te mereces Berlín, pero no creo que sea una buena idea.
—Pienso igual que Merlina —la apoya Zeón poniendo su mano en el hombro de la chica —es peligroso.
—Lo sé... Sé que lo es... Ni siquiera sé a lo que me voy a enfrentar pero no puedo dejar pasar esta oportunidad. Estamos en la puerta del inframundo —doy pasos en círculos —esta es nuestra última esperanza, es lo único que tengo.
—Tambien es lo único que tengo yo —me interrumpe Asroth —y no voy a dejarte ir... De ninguna forma.
Suelto un suspiro convenciendo a mi propia alma de que no se sienta dolida ni mucho menos mal. De que aunque el amor sea el puente de toda esta lucha no me deje decaer tan fácilmente. Suelto un suspiro pesado y me acomodo nuevamente en el sofá sumida en mis pensamientos, en el dolor en el pecho que la noticia me a causado, en la mirada desesperada de Asroth, en la mirada de asombro de Merlina y como Zeón habla con Timor indignado.
De alguna forma hemos entregado corazón y alma a esto, hemos ido a todas partes por un poco de información y no me había dado cuenta cuánto hemos entregado y nos hemos esmerado hasta ahorita, hasta el instante donde tenemos los nervios a flor de piel y Asroth dejó de sentirlo para convertirse en un tipo con la mirada perdida y molesto por la situación. Puedo notar encima de esa barba oscura como sus facciones están duras.
—Se está llegando la noche —anuncia Timor —y es mejor que piensen las desiciones con rapidez. Los esperaré en el salón de alado.
Escucho como sus pasos se alejan pero no me inmuto a ver a ninguna otra parte que no sea la ventana donde el resplandor de un solo oscuro y perdido entre las nubes se oculta. Siento la mano de alguien sobre la mía y cuando volteo me encuentro con Merlina. Sus lindos ojos me observan con un tipo de vergüenza y al mismo tiempo de melancolía como si sintiera lo que yo siento.
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Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.
Fantasy¿Qué tan cierto es que la oscuridad nos persigue y qué nos lleva a lugares que desconocemos? Pero la verdadera pregunta es; ¿Qué tan bueno es el mal? ¿Cuál son los secretos más oscuro que crees que sabes sobre ti misma? ¿Qué es lo que piensas de la...