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Narrador omnisciente:






Lo único que le quedaba a Zeón en aquel momento era correr. Tener precisamente un par de guardias trás él, no era malo, el problema era que no quería levantar ningún de sospechas extrañas así que optó por correr como cualquier humano normal entre la gente con la capucha puesta y unas cuantas cestas de comida que se había robado por tener buenos postres para las ofrendas. Se comió todo delante de la dueña por lo que llamar a los guardias era la mejor opción.

—Maldición ¿Por que esos guardias tienen en la cabeza solo atrapar y atrapar? —se escondió trás uns enorme carretera de heno.

—Tal vez porque lo buscan por todo el pueblo a cambio de una enorme recompensa —el cuchillo afilado tocó la piel del cuello por lo que el rubio soltó un suspiro cansado y tiró las cestas al suelo —¿Cómo se le ocurre andar suelto por las calles del Jáan sin pensar en las consecuencias?¿Y robando comida?

—En mi defensa... Esos dulces saben deliciosos —se dió medía vuelta viéndo frente a él al tipo de cabello oscuro y mirada fuerte. —¿Quién eres tú y como sabes de mi existencia?

—Tal vez porque hace tiempo creía en usted.

—¿Ya no lo haces?

—Eso ya no importa, mi señor —le dio un golpe en el brazo —lo mejor que puede hacer es permanecer en silencio mientras arreglo su desastre... Póngase la capucha.

El hombre aún con el cuchillo sobre el costado del rubio salió un poco hacía donde venían los guardias haciendo una leve señal con las manos.

—Lo tengo compañeros, soy un guardia civil del principe Gadiel de Parafin, lo llevaré con él en este mismo instante.

—Pondremos este asunto en sus manos señor Karred, un gusto conocerlo en persona —despues de hacer una reverencia se alejaron dejando a los dos hombres solos en aquel callejón sin salida.

—¿Karred? Yo he escuchado de ti —le apartó el puñal del costo estirando sus manos en un gesto tan despreocupado que al hombre le pareció tan raro. —¿Por que me miras así?

—Se supone esusted un dios ¿Por que anda corriendo por ahí como un hombre mortal?

—No quería llamar la atención.

—Pues vaya que nlo has logrado —dió su observación con cierta ironía que al príncipe le molestó —¿Andas solo por aquí?

—Solo dejé a Merlina un rato. Espero, realmente lo espero, que no esté mal. Aveces suele ser una bruja —hizo un gesto con la nariz mientras se ponía la capucha —¿Donde está tu otro amiguito?

—¿Nos conoce?

—En realidad no. Merlina los mencionó pero no te emisiones, solo fue breve con eso.... ¿A donde me llevarás?

—Supongo que voy a sacarlo de los callejones visibles ¿Donde está Merlina? ¿Me puede llevar con ella?

—Mira te diré una cosa —miró hacia el callejón vacío así que se tomó el tiempo de solo estirarse y luego tomar asiento sobre un fardo de heno —Merlina está haciendo un plan increíble y yo entiendo que soy un estupido aveces pero, por nada del mundo pienso abrir esta boquita linda.

—Entonces voy a torturarte.

La carcajada que se escuchó de los labios del rubio fue de felicidad absoluta cosa que le molestó muchísimo a Karred, de verdad que no tenía idea que hacía el solo en ese momento pero lo que sí, es que parecía tan desorientado de la vida a su alrededor o de simplemente lo que estaba pasando que a Karred le pareció tonto.

Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora