[75]

3 0 0
                                    

Berlín:

Me miro en el espejo unos segundo. Observando mi atuendo que consiste en un vestido rojo oscuro sin mangas solo con un escote en forma de V, bien justo en el vientre y al espalda hasta mi pelvis donde se convierte en una corta falda donde solo tapa lo necesario dejando todo lo demás al descubierto es de una tela brillante aunque no demasiado y delicada, admito que me veo muy hermosa, mi color de piel resalta perfecto y ni hablar de mi cabello que me cae por la espalda como cascadas en hondas, zapatos altos del mismo color cosa que me hace ver como si fuera para una fiesta de algo.

Me dispongo a bajar las escaleras encontrando a Lucifer nuevamente escribiendo arduamente sobre una mesa y silla que están delante de él, tiene puesto solo los pantalones oscuros y los zapatos pero no tiene camisa y los tatuajes se relucen perfectamente con su piel, sus cabellos blancos que ahora que lo veo mejor tiene mechas rojas lo tiene peinado hacia atrás dejando una vez más su frente al descubierto. Sus ojos están pegados sobre la pagina frente a usted y cuando me escucha bajar el último escalón levanta la mirada.

No sé como explicar su mirada y la manera en que sus blancos ojos combinando con las pestañas pobladas y bien pronunciadas hacen un ligero movimiento hacia arriba para segundos después hacer una mueca con los labios y sonreír abiertamente y tan dichoso que me lo contagia a mí también y no puedo oprimir la leve sonrisa que me causa.

—Parece que te has decidido por el rojo —sus ojos me recorren de arriba abajo y al llegar a mis pechos hace una leve inclinación hacia adelante —te queda excelente.

—Basta de tantas palabras, Lucifer. Llévame a casa porfavor —le pido con un gesto amable pero sin verme tan frágil.

Se levanta de su puesto estirando una de sus manos hacía un habano rojo que está con la punta encendida sobre muchas cenizas y se encamina en mi dirección primero rodeando la mesa para luego llegar a mi.

—No sabes lo que me cuenta manter mis manos lejos de tu cuerpo —mete el habano a la boca para seguie caminado en mi dirección lo bastante cerca para sentir su aire chocar contra mí —pero acepto mi derrota, te llevaré de vuelta a la superficie si es lo que decías.

Suelta el humo espeso pero que no cae en mi cara. Lo veo através del humo donde sus ojos se ven más frío y perdidos de lo normal junto a sus hermosas facciones acompañadas con todo ese montón de tatuajes oscuros en su cuerpo y cuello que lo hace lucir aún mejor. Mis ojos se quedan unidos a los suyos y mi respiración se acorta al solo sentir como me mira, la forma sensual en que sus ojos suben de arriba abajo y me congelo con solo eso. De alguna forma su cuerpo me llama, la forma de su rostro, sus labios gruesos y esa postura inteligente que tiene siempre. Mete el habano a su boca y segundos después suelta el humo por la mitad de sus labios que me cae en la cara y el aire caliente me hace cerrar los ojos.

—Señor —uno de los guardias de máscara de hierro abre la puerta seguido se apresura a nosotros y a una distancia prudente se detiene haciendo una media reverencia para luego levantarse —me han informado desde las tierras del sur que un grupo de hombres vivientes han destruido gran parte de las tierras del señor Belcebú y a mandado una carta de sello fresco —sacó de sus arapos una carta de color negra con un sello dorado que Lucifer de inmediato la atrapó y la empezó a leer. Por la forma en que sus cejas se unen me doy que es importante.

"Grupo de hombres vivientes"

Asroth, Merlina y Zeón. Vienen por mí. Han leído la carta y es momento de vengan aquí.

Dibujo una sonrisa apenas visible que Lucifer ni siquiera se da cuenta. Corro hasta la ventana viendo hacia afuera donde el cielo sigue en rojo y la luna que ya no es llena, más bien es luna menguante que brilla sobre los arboles secos y la tierra árida. Detrás del enorme muro donde hay un par de hombres con máscara de hierro que caminan desde las puertas hasta las puntas del muro. Del otro lado hasta lo que se pierde se aprecia lo rojo del cielo pero más nada y mis nervios aumentan en solo pensar que los chicos les pase algo malo o que se forme un problema mayor de lo que debería ser.

Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora