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Narrador omnisciente:


Los últimos escalones del castillo fueron invadidos por nuevos visitantes. Visitantes que habían sido llevados después de una ardua pelea de opiniones donde al relucir el tema una y otra vez que Berlín junto a toda la humanidad corría peligro habían sido llevados hasta ahí. Lo cierto era que ninguno de los príncipes estaba convencido y aunque Karred junto a Lotter habían tratado de aclarar más de una vez que no se debería de formar problemas era casi imposible. Los rayos matutinos y suaves del sol iluminaron pobremente algunos segundo laa paredes interiores pero fueron apartadas de inmediato. Adentro (para la sorpresa de los visitantes) todo estaba en una limpieza casi de mentira y el olor a polvo era fuerte más no molesto. Con cautela y detrás de Merlina y Zeón que caminaban con toda seguridad fueron llevados a un salón enorme donde estaba acostumbrado hacerse las reuniones o simplemente pasar el día.

Asroth estaba sentado naturalmente sobre uno de los sofás jugando ajedrez con Nhamiel que se la pasaba moviendo fichas locas por lo que Timor que era el maestro se la pasaba pausando y explicando cada dos minutos. La habitación tenía un olor delicado y suave, bien limpia y las ventanas abiertas apenas para que la luz del sol alumbrara aunque la oscuridad se notaba que era lo que preferían.

—Buenos dias caballeros —Merlina les sonrío a todos con una confianza que a los cuatro hombres les pareció exagerada y sorprende —hemos traído a los hombres necesarios.

Los seis ojos cayeron sobre los cuerpos bien erguidos que estaban en fila aunque se podía sentir el tipo de desconfianza que era mayor incluso a la que habían tenido Merlina, Zeón y Asroth al principio de su llegada al castillo.

—Bienvenidos a todos —el anfitrión fue el primero en hablar dando pasos alegres y apresurados hasta ellos dando la mano aunque los hombres no hacían más que hacer el mismo gesto con frialdad —es un gusto tenerlos aquí.

—Sin duda lo es —Zeón se abrió paso hasta otra de las mesas en la esquina para tomar un poco de alcohol —¿Quieren algo de tomar, caballeros? Si el tiempo nos lo permite puede que vayamos al infierno en unas horas y cabe decir que según libros, ese lugar es caliente.

—Estoy muy bien así —respondió Gadiel —gracias.

—Vamos hermanos, quiero presentarles a Asroth aunque ya se conozcan —Merlina tomó a Danko del brazo y los demás dando pasos detrás de ellos caminaron hasta Asroth que se levantó haciendo una humilde reverencia y los demás también a él. El gesto fue visto con asombro ya que ¿Qué hace un Dios haciendo una reverencia a humildes príncipes terrestres como ellos? —Asroth, él es Gadiel Parafin y él es Danko Parafin, mis únicos hermanos. Estos cabelleros de atrás son nobles guerreros; él es Karred y Lotter.

—Es un placer conocerlos a todos. —los miró por encima de sus hombros —de verdad que me gustaría hacer esta reunión en circunstancias menos... ¿Como llamarla? ¿Peligrosa tal vez? Pero al menos me alegra saber que podemos contar con notables caballeros para algo como esto. Sé que no soy el mejor amigo de sus razas y que independientemente de cuantas palabras diga ustedes seguirán pensando que soy el malo de la historia pero según libros, le aseguro y todos los presentes también que no es así y es por esa misma razón que necesitamos a todo el equipo que se pueda.

—Debe de saber usted que estamos en esta sala, bajo este oscuro techo y teniendo esta conversación solo por mi hermana —Danko lo miró con algo de molestía —y aún sigo cuestionando mis propias elección al aceptar algo tan fatuo como esto. Pero también entiendo que Berlín puede que sea una maldad hecha persona y que lo mejor que podemos hacer es detenerla.

—No a ella, es a él.... Mas bien es rescatarla de Lucifer que es quien la tiene prisionera —responde Zeón que toma un gran sorbo de si bebida —puede que mi hermano sea un completo idiota que a hecho mas cosas malas que cualquiera de los que está adentro de está habitación ¿No es así? Pero no podemos perder el rumbo de la historia, de lo que hacemos aquí señor Danko. Puede que usted sienta un gran rencor contra mi hermano pero quiero que sepa que eso no arrasará el horrible destino que tendrán ustedes si algo malo pasa o si llegamos tarde a Berlín. ¿Lo entienden?

Profecías De Príncipes Solitarios: Origines Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora