˚₊· ͟͟͞͞➳ 🍊 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 -┊『6』

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Lunes por la mañana, una mañana que Guatemala siempre odia, tenía que madrugar y bañarse para luego salir con el frío viento a trabajar. Esta vez no iría a la construcción de las escuelas.

Esta vez iría a su trabajo de siempre, al congreso, a juntas en sus tierras y a ver sobre nuevas leyes que vería si daría su voto para aprobar o no.

Alemania se había ido el viernes y vendría hasta el próximo lunes, obviamente no iba a quedarse todo el tiempo aquí, tenía cosas que hacer. Así que bueno.

Cuando entró al lugar suspiró y se abrazó así mismo tratando de darse calor, si bien el pantalón de tela que llevaba lo cubría no era lo suficiente como para librarlo del frío y pasaba lo mismo con su blusa manga larga, era una tela delgada y para empeorar las cosas había olvidado su abrigo.

Sus zapatos de tacón levemente altos resonaban por el lugar, caminaba recto y sus caderas se meneaban de manera elegante, parecía un felino, no solo por su caminar, su frente bien en alto y su sonrisa leve pareciendo amable, sentirse el centro de atención y sentir su dominio era un método para olvidar de que seguía siendo omega y con solo un gruñido de algún alfa podría tirarlo al suelo.

Al momento de entrar a la oficina todos casi estaban dentro, sentados y leyendo carpetas.

Guatemala: Buenos días.― Amablemente saluda a todos.

Solamente pocos responden. Ugh, vejetes molestos.

Cuando finalmente está sentado en su lugar hojeando el folder de color crema el olor a canela inunda su nariz haciéndolo hacer una mueca molesta, el olor era tan fuerte que incluso sintió su estómago revolverse. Era ese hombre de nuevo, un tipo de la política que alcanzó su puesto por mero nepotismo, era hijo del anterior alfa que tenía el cargo y cuando murió pues su hijo fué colocado allí.

Guatemala lo odiaba, era el machismo, egoísmo y estupidez en persona, era un tipo que sin su guardaespaldas que era su niñero no era absolutamente nada.

―¡Buenos días!. . . diría amablemente si no hubiesen pestes presentes.― Su voz resuena en el lugar y su mirada está clavada en Guatemala.

Todos sonríen incómodos ante aquel comentario y desvían la mirada a cualquier cosa que no fueran el omega o Lesly como se llamaba el alfa, si, un nombre de chica, motivo de su molestia pero nada podía hacer, excepto obligar a todos a que lo llamasen por su apellido, Gutiérrez.

Todos hacían caso.

Todos excepto Guatemala.

Guatemala: Buen día, Lesly, ¿cómo va tu mañana?.― Su enorme sonrisa acompaña sus afilados ojos.― ¿Aprendiendo más de tu trabajo?, ¿o todavía le pides a tu niñero que lea los documentos por ti?.

El guardaespaldas que estaba detrás de la silla donde su jefe estaba sentado ladea su cabeza y las comisuras de sus labios parecen temblar, ah, Guatemala siente pena por el pobre tipo.

Se escuchan risillas y algunos susurros, Lesly colérico deja salir feromonas totalmente amargas, las dos omegas que se encontraban en el lugar se encogen y tiemblan del miedo. El tipo era tan imbécil como para ni siquiera poder contenerse poniendo en situaciones incómodas a otras personas.

Pero Guatemala tampoco estaba muy bien, su omega estaba empezando a asustarse, el olor era demasiado fuerte, sus piernas estaban empezando a temblar a pesar de estar sentado, entonces casi suelta un sonidito asustado cuando Lesly se levanta golpeando la mesa solo para rodearla y acercarse al bicolor -que ahora era solo un chico moreno de cabello levemente ondulado- y cuando está frente a él se inclina colocando sus manos en los brazos de la silla.

CEREZOS DE PRIMAVERA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora