⭐ 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 〉⋋✿ 25 ✿⋌.

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El catracho suspiró por cuarta vez mientras sus puños se apretaban. Aunque se haya tratado de calmar no lo había conseguido del todo. Después de todo era de su hermano del cual el tema trataba.

Su precioso hermanito.

Siempre fué sobreprotector, con todos sus hermanos, especialmente con los omegas, pero su sobreprotección se fué a las nubes y más allá cuando Guatemala fué casi secuestrado. Aún tiene pesadillas con ese tema, recuerda el pánico que vivió al ver como casi arrebatan a su hermano de su lado.

Por ello se juró, apenas siendo un nene, se juró que protegería a los suyos a capa y espada, lucharía con quién fuese necesario para poder mantenerlos a salvo.

Y uno de esos enemigos era el amor. El amor que podría enloquecer a cualquiera. Él mismo tendría que hablar y poner a prueba a todo aquel que intentase estar cerca del corazón de su bebé.

Se había llegado el día que tanto había temido.

¿Lo peor?.

¡Alemania era el enemigo!, la potencia era la que había llegado al lado de su hermano como un horrible bárbaro que intentará secuestrar a la linda Valquiria que tanto había protegido.

Un bárbaro que era el destinado de la dama.

¡El destinado!.

Honduras estaba echando humo por las orejas.

Honduras: Voy a decapitarlo.― Jura mientras sonríe de oreja a oreja.

A su lado se escucha una falsa tos.

Alemania: Agradecería que mi cabeza siguiera pegada a mi cuello.―

Honduras lo mira mientras le lanza dagas envenenadas. Mentalmente claro.

Guatemala: Nadie va a decapitar a nadie.― Jalando al tricolor se sienta en el sofá.

El catracho los observa durante largo rato, analizando sus posturas, su lenguaje corporal, el movimiento de sus ojos, la luminosidad de sus almas.

Si, quizá eso no.

Honduras: Supongo que si ya llegaste al extremo de arrebatar la pureza de mi hermano tendrás sentimientos románticos hacía él ¿no?.―

Alemania apreta sus labios al escuchar la palabra "pureza", aveces Guatemala lo dejaba sin aliento alguno en sus frágiles pulmones, además el chico le había confesado en medio de su aturdidor placer que el "tamaño" de Alemania era algo sorprendente pues apenas estaba acostumbrado a recibir cariño de parte de sus juguetes que no median más de quince-veinte centímetros.

Guate carraspea mientras el sonrojo avanza hasta sus orejas. Sabía lo que Alemania estaba pensando.

Alemania: Claramente.― Responde.― Y ahora que veo que desempeñas el papel de "padre".― Honduras ríe con orgullo al escuchar aquello.― Quiero pedirte el permiso para poder cortejear a Guatemala, mis intenciones no van por un camino que sea el lastimarlo.

Honduras: ¿Por qué tendría que aceptarte?, el que sean destinados me vale.―

Guatemala: Hermano.― Susurra mirándolo con ojitos acuosos. Honduras casi flaquea.

Honduras: (¡Vos pequeño demonio!, ¡llamándome y mirándome así sabiendo que soy débil ante eso!.) ― Piensa mientras internamente se esconde detrás de una enorme roca cubriéndose con un grueso escudo. Aparta la mirada de los húmedos ojitos de Guate y se enfoca en el rostro estoico de Alemania. ― ¿Entonces?.

CEREZOS DE PRIMAVERA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora