CEREZOS DE PRIMAVERA.

🌒 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 〉⋋✿ 29 ✿⋌.

Cuando Alemania fué llevado con los médicos, Guatemala aunque quiso seguirlos fué detenido por dos enfermeras que casi a rastras se lo llevaron a otra habitación.

Luego de varios sueros y radiografías el doctor confirmó que las costillas que habían estado rotas completamente ya estaban casi en su totalidad recompuestas, aún así el paciente debería descansar durante unos días.

Mientras estaba sentado fuera de la habitación donde permanecía Alemania siendo tratado, con el suero aún inyectándose en su cuerpo hizo un par de llamadas rápidas. Como consecuencia de las peticiones por teléfono al menos media hora después ya con un poco más de color en el rostro, Marlon fué llevado por los agentes, el pobre hombre aunque estaba vivo aún estaba en peligro.

Seguido de él fué llevada Helen, ella estaba en mejores condiciones comparado con Álvarez, pero igualmente Guatemala decidió no ir a hablar con ella por ahora, lo más importante era el reposo.

Pronto, el doctor salió de la habitación revisando su cuaderno. Cuando vió a Guatemala amablemente se dirigió a él, informando de la situación del herido.

― El antídoto está haciendo un buen trabajo, está fuera de peligro, la herida fué suturada y en pocas horas podremos retirar los hilos. Al menos en cuatro horas debería estar completamente bien. Puede pasar a verlo.―

También, se acercó al chapín para poder liberarlo de aquella aguja y de la bolsa de suero que ya estaba vacía.

Guatemala: Gracias, doc.― Una amable sonrisa tiró de sus labios.

En cuanto entró su vista fué a parar al hombre alto y fornido que estaba recostado en la camilla, boca abajo con la espalda cubierta de vendas.

Con los ojos semiabiertos Alemania estaba examinando el hilillos que se deshilaba del cobertor de la camilla pero al escuchar los pasos acercarse dirigió su indiferente expresión hasta la persona y en cuanto supo de quien se trataba sus ojos se inundaron de dulzura.

Guatemala: ¿Cómo se siente mi paciente?.― Preguntó jalando una silla para sentarse frente a Alemania, junto a la camilla.

Ale intentó moverse para poder apoyar su codo en la cama pero Guate se lo impidió dándole un suave golpe en la cabeza, tan liviano que ni siquiera movió las hebras del cabello contrario. Aún así Alemania hizo una mueca de dolor agonizante.

Alemania: Estoy herido, me duele, ¿así me tratas?.― Elevó una de sus cejas y trató de hacer su voz lo más lamentable posible.

En cambio Guate soltó una linda risita pero también se inclinó para dejar un beso en la sien del alfa.

Guatemala: Te recompensé ahora, no llorés.― Sonrió mientras su mano acariciaba con cuidado la mejilla de Ale.― ¿Tenés hambre?, podría conseguirte algo para comer.

Alemania: Mn, no gracias cariño.― El tricolor negó lentamente soltando un suspiro. Sintiendo su pecho calentarse al escuchar aquello, había sonado tan hogareño que era casi irreal. Relamió sus resecos labios y observó mejor a su pareja, éste estaba vestido diferente, estaba limpio y no había rastro de sangre en su boca o nariz.― ¿Tomaste un baño?.

Guatemala: Si, también me prestaron ropa. Podés bañarte también cuando te hayan quitado eso.―

Alemania: ¿Es ropa del personal?.― Preguntó dejando que su expresión oscurecerse. Guate no pareció darse cuenta de ésto así que siguió hablando con una sonrisa en la boca.

Guatemala: No, bueno la usan los pacientes, pero como casi no hay pues, nadie las usa últimamente.― En cuanto elevó la mirada de su camisa, Ale estaba como siempre. Teniendo cambios drásticos sin que Guate lo notara un poco.