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Ya me cansé de ser tu mejor guerrero Dios, ya sueltame y déjame morir, carajoooo.
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―Tiempo atrás.
El día había estado un poco soleado, con algunas nubes flotando lentamente hacia alguna dirección, siguiendo su rumbo tan tranquilas y pacientes, observando el inmundo lugar al que pertenecían.
Alemania había llegado tarde a la junta y por ende se ganó una mirada levemente molesta de Onu, pero lo que le causó una terrible incomodidad fueron las decenas de pares de ojos que lo habían observado de manera extraña.
La potencia no había podido ir a la anterior junta, con el grupo que siempre le tocaba, por eso tuvo que ir al de tres días después, con el otro grupo, era muy incómodo, las otras potencias estaban allí y algunos países que no miraban con buenos ojos al tricolor.
Había sido un ambiente muy pesado aunque Onu tratara de aligerar todo con su charla de trabajos por eso cuando todo terminó el tricolor pudo soltar un pesado suspiro de alivio. Salió del lugar y se encaminó al elevador mientras revisaba la agenda en su celular, al llegar a sus tierras tendría otra reunión política, dos acuerdos que firmar y una pequeña visita a los lugares pobres para brindar ayuda, estaría viendo un pequeño proyecto para poder empezar contrucciones de casas, al menos de dos habitaciones, cocina, baños y un pequeño patio.
La sonrisa que empezaba a asomarse por sus labios desapareció cuando la mano adornada de uñas acrílicas con diseños muy llamativos se interpuso en ambas puertas.
Polonia: ¡Oh!, Deutschland.―
La bonita joven lo saludó inmediatamente con un beso en la mejilla, sin poder reaccionar más que devolviendo el saludo Alemania asintió luego de separarse.
Las feromonas suaves y gentiles de la contraria le causaban una extraña sensación de familiaridad, el olor a naranja era muy leves y disimuladas, ella irradiaba un aura de amabilidad.
Alemania: Polen.
Un saludo tosco y neutro. La chica rió entre dientes mientras se cubría la boca muy delicadamente, negó y se paró junto a Alemania, su estatura era regular, uno setenta y cinco.
Polonia: Wie warst du? Ich will nicht Trickle klingen, aber du siehst müde aus. [¿Cómo has estado?, no quiero sonar entrometida pero te ves cansado.]
Alemania miró su reloj y luego miró de soslayo a la joven que lo miraba de manera extraña, se atrevía a decir que de manera preocupada. Las espesas cejas simétricas de Polonia se fruncían mientras sus labios formaban un leve gesto, quizá un puchero, su gordo y rojizo labio inferior se movió levemente y ahora definitivamente formaba un lindo puchero.
