🌔 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 〉⋋✿ 31 ✿⋌.

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Sus dulces sueños se vieron interrumpidos a eso de las dos de la madrugada. Estaba tranquilamente babeando en la almohada soñando con montar un unicornio para ir a rescatar a su príncipe en un castillo embrujado.

Pero Guatemala se encontró con que su príncipe en realidad no quería ser rescatado y en cambio lo encerró también a él en el castillo. Se despertó cuando estaba a punto de "castigar" a su apuesto príncipe.

El chapín bostezó y palmeó el lado de su cama donde se supone debería estar su alfa, el príncipe de sus sueños.

Pero estaba vacío.

Adormilado se levantó mientras tallaba sus ojos. Se colocó encima el abrigo de Alemania que estaba sobre el sillón y salió de la habitación.

Hacía frío.

Encendió la luz de las escaleras y bajó mientras trataba de buscar con la vista a su pareja, desde las escaleras se podía observar la sala y parte de la cocina.

Guatemala: ¿Príncipe?.― Murmuró entrando a la cocina.

Pero lo que vió lo dejó sin palabras.

Pensó que aún estaba soñando así que sacudió su cabeza y se dió unas palmaditas, pero aún no despertó.

Así que pensó que quizá había entrado en un backroom así que salió de la cocina esperó unos segundos y volvió a entrar.

Pero Alemania seguía sentado en el suelo con el bote de helado entre sus piernas. Estaba comiendo como desquiciado.

Habían sándwiches casi terminados, envolturas sobre todo de chocolates y también dos bananas a medio comer.

La potencia que desde un inicio sintió la presencia de su omega solamente lo miró con ojos inocentes y tranquilos por unos segundos, mientras dejaba al chico asimilar la situación y luego habló mientras mostraba una sonrisa.

Alemania: ¿Quieres?.― Le ofreció la cuchara llena de helado napolitano pero se la terminó llevando a la boca.

Guatemala parpadeó repetidas veces y caminó hasta estar junto a él, con su pie movió la basura que estaba regada y tomó asiento en el suelo. Luego de unos segundos de silencio ladeó su cabeza y miró con ojos grandes y preocupados a su alfa.

Guatemala: ¿Estás bien?.

Alemania asintió y untó con helado el bombón de cereza que estaba entre sus dedos como un cigarrillo y lo llevó a su boca. El chapín sonrió mientras sentía su ceja crispar.

No me digas.

No me digas que Alemania está experimentando los síntomas del embarazo.

Alemania: ¿Seguro que no quieres?.

Guatemala: No amor, no quiero, gracias.

Guatemala se rió con ganas y besó repetidas veces la sien de su pareja. Sacándole un pequeño sonrojo en los lóbulos de sus orejas.

Alemania: Realmente tenía hambre.― Suspiró y dejó de lado el helado con el bombón dentro.

Se había levantado gracias a que sintió un leve malestar en el estómago, al inicio pensó que las náuseas que antes había sentido habían regresado, pero no fué así.

Solamente tenía hambre.

Guatemala: Bien, pero creo que ya comiste de más. Es mucho dulce, te va a doler el estómago cariño.

CEREZOS DE PRIMAVERA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora