La suave llovizna caía mientras los lejanos truenos se escuchaban largos y retumbantes, quizá en otro lugar la lluvia ahora esté azotando fuertemente, al menos acá ya había llovido a cántaros.
Mientras tanto en las mesas al aire libre siendo cubiertas por una sofisticada galera de tejas Guatemala esconde levemente su rostro en la bufanda soltando un largo suspiro.
En frente suyo, Brasil le sonríe.
Guatemala: Tengo ganas de quitarte esa sonrisa de un vergazo.― El brasileño ríe entre dientes y su sonrisa tambalea pero no se borra.
Brasil: Lo siento de nuevo, de verdad.― Rasca su mejilla para luego acomodar el gorro negro que envolvía su cabeza.― Sé que estuvo mal, no lo volveré a hacer.
El chapín siente sus mejillas calentarse, Brasil ya le había contado lo que pasó, se sentía muy avergonzado por todo, por comportarse como un idiota mientras estaba borracho, por haberse quedado dormido en una situación así y sobre todo por las cosas que Brasil confesó haberle echo, quizá no fué específico por no incomodar, pero ambos sabían lo que le había echo.
El ambiente era incómodo aún si no especificó nada.
Guatemala: Ah, bien, mirá no voy a decirte ni hacer nada más, ya pasó, de alguna manera siento alivio de que no hayas echo algo más pendejo, aún.― El reproche en su voz es notable.― Ahora no me culpés si algo entre nosotros cambia.
Brasil se tensa y su mandíbula lo demuestra, sonríe levemente y asiente sin refutar nada, le daría la razón, lo dejaría quedarse con la última palabra ésta vez.
Si quería tener un poco de ventaja mas adelante.
Guatemala niega levemente sin sacar la mitad de su rostro de la bufanda, sonrojado. No porque Brasil haya echo todo aquello.
Sino por lo que Alemania le hizo a raíz de todo este embrollo.
Las marcas en su piel empezaron a arder como un travieso recordatorio; en su cuello, pecho, torso, muslos, brazos, caderas. Había marcas en lugares que nunca pensó que podría tener, era vergonzoso.
Muy vergonzoso.
Pero de alguna manera aquella vergüenza era cómoda, no se sentía arrepentido, Alemania lo había echo sentir muy bien, no podía negarlo.
Recordaba las manos de la potencia en sus caderas, sujetándolo con firmeza, tan dominante. Recordaba sus rudos besos y como invadía sin piedad alguna su boca, como mordía sus labios hasta hacerlos doler, sus caricias toscas que solamente lo hacían sentir más excitado y contento, de alguna loca manera.
Alemania había despertado algo extraño en él. El sexo fué solo eso. Sexo nada más.
Pero de alguna manera no se sentía solo así.
De pronto eleva su mirada con rapidez mientras su estómago se retuerce en un aviso de que algo está pasando, esa pequeña alerta omega que siempre está presente, esa que demuestra que algo no está bien y la mirada que tiene encima no es nada amable o siquiera con buenas intenciones.
Voltea a todos lados. Izquierda, nada. Derecha, nada. Atrás, nada.
No hay nada ni nadie más que Brasil mirándolo un poco raro. Carraspea un poco apenado porque seguramente se vió como un bicho raro paranoico. Suspira y se levanta echando hacía atrás la silla tomando su bolso.
Brasil sigue con la mirada cada uno de los movimientos que el chapín hace hasta que lo ve observarlo.
Guatemala: Me voy, tenés que pagar.― Brasil sabía que la sonrisa en los labios del chapín no era verdadera.
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CEREZOS DE PRIMAVERA.
Fiksi Penggemarꕀ ➤◞♡° 𝘾𝙀𝙍𝙀𝙕𝙊𝙎 𝘿𝙀 𝙋𝙍𝙄𝙈𝘼𝙑𝙀𝙍𝘼. 𝙰𝚕𝚎𝚖𝚊𝚗𝚒𝚊 𝚡 𝙶𝚞𝚊𝚝𝚎𝚖𝚊𝚕𝚊. · · ─────── ·𖥸· ─────── · ̿̿❇― +18. ̿̿❇― 𝘓𝘦𝘯𝘨𝘶𝘢𝘫𝘦 𝘷𝘶𝘭𝘨𝘢𝘳. ...