˚₊· ͟͟͞͞➳🍒 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 -┊『11』

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¿Por qué siempre terminaban haciendo algo indebido por culpa de un tercero?, primero con Brasil y luego con aquel alfa idiota que intentó coquetearle de una manera aterradora y asquerosa.

Habían pasado ya unos días luego de lo sucedido, Guatemala aún estaba un poco confundido, ninguno había dicho nada más referente al tema luego, no se amaban, no había amor, no había disgusto tampoco, ¿qué eran entonces?, amantes, solamente, personas que se ocupan para darse placer mutuo.

No aclararon eso y parecía que no lo iban a hacer dentro de mucho, Alemania no dijo nada y por ende Guatemala también temió hacerlo. Si decía algo que molestara al alfa se iba a sentir muy mal.

Italia: Entonces hay que poner manos en el asunto y ayudar a nuestros hermanos.― Incluso sus palabras sonaban levemente falsas.

Alemania a su lado alza una ceja y se baja del auto seguido del italiano, ambos caminan dirigiéndose al enorme edificio y entran por aquellas puertas corredizas.

Alemania: No ayudas a los que no lo merecen, los terminas de destruir.― Alza los hombros y entra al elevador marcando el número cuarenta y dos.― Es como el cuento de el lobo y los cerditos. El lobo se come a los cerditos y se queda satisfecho. ¿Para que hacer tanto escándalo?.

Italia hace una mueca confundida y voltea a ver al alemán quien con su impecable traje está con sus manos en los bolsillos de su pantalón observando las puertas metálicas del elevador.

Italia: ¿Qué rayos Alemania?, así no va el cuento, ¿quién te dijo eso?.― La música de fondo en el pequeño espacio resonaba tranquilamente.

Alemania: Mi padre.― Responde volteando a ver al otro alfa sonriendo mostrando sus caninos afilados, un poco pequeños pero que resaltaban en su recta dentadura.

El tricolor entrecierra los ojos y con su boca levemente abierta de la sorpresa niega suavemente riendo después entre dientes.

Italia: Bueno, eso nos explica muchas cosas.

Ale escucha la risa que se convierte en una efímera carcajada del alfa. Lo deja ser, aunque no se llevaban de la mejor manera, -al menos de su parte- este país es más llevadero que cierto coreano.

Cuando las puertas del elevador se abren Ale suspira caminando lentamente hasta la puerta del enorme salón donde la fiesta se llevaba a cabo. En cuanto entra al lugar lo primero que ve es la carita alegre de, si, Sur Corea.

S. Corea: ¡Alemania!, mi viejo amigo.―

Alemania: Hablando del diablo.― Ve como Italia se desplaza rápidamente alejándose luego de sacudir su mano en despedida.

La fiesta era sobre, nada, solo una fiesta del montón, donde varios y escasos políticos de todo el mundo se reunían junto a sus países, literalmente, para hablar y disfrutar del momento, ¿qué mejor que ir a un lujoso hotel a disfrutar de un buen viaje con el dinero que le sacan a la población?.

Mientras iba al sillón más alejado de toda la enorme habitación se sienta pesadamente con una copa de vino entre sus dedos, meneándola de un lado a otro cruzado de piernas. Sus ojos aburridos y apagados observaban a todos los demás.

Siente el sofá hundirse aún desde el otro extremo y al voltear se encuentra nada más y nada menos que con Honduras, el alfa está con mala cara y su corbata está desacomodada, pero su expresión cambia a una amable cuando voltea a verlo.

Honduras: Alemania, un gusto verte.―

Alemania: Igualmente, Honduras.―

CEREZOS DE PRIMAVERA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora