CEREZOS DE PRIMAVERA.

🌖 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 〉⋋✿ 33 ✿⋌.

La mañana había llegado y Colombia estaba realmente preocupado, Salvador se había quedado inconciente luego de que sucedió lo que sucedió la noche anterior.

Es decir, tampoco tuvo relaciones sexuales con el salvadoreño, no más allá de ayuda mutua con sus manos. Afortunadamente tenía un muy buen autocontrol.

Pero ahora Salvador estaba hirviendo, la fiebre era muy alta y hasta se encontraba temblando, sudaba a chorros a pesar de que no estaba haciendo ningún tipo de movimiento.

¡No sabía qué hacer!, no podía ir con un médico común y corriente, además con un solo toque suyo Salvador comenzaba a llorar del dolor.

Estaba entrando en pánico.

Colombia: Mnh, pirobo* no me haga esto ome'.― Susurró colocando otro paño mojado sobre la frente del chico.

Las cejas de Colombia estaban unidas con fuerza en un nudo, sus labios apretados conteniendo las maldiciones que quería soltar, ¡de verdad estaba preocupado!, ¿Fué culpa suya?, ¿Salvador está así por lo que sucedió?, definitivamente no debió dejarse llevar.

Suspiró y se sentó en la orilla de la cama, intentó de nuevo tocar con su mano la mejilla del chico pero en cuanto su palma hizo contacto Salvador arrugó su entrecejo y gimió dolorosamente.

De acuerdo, se rendía. Tendría que llamar a uno de los hermanos de Salvador, ¿pero a quién?, conocía bien a los chicos y definitivamente Honduras no era una opción.

Conocía al catracho y sabe que ni siquiera va a dejarlo terminar de hablar cuando el primer golpe se le vendría encima. Guatemala según sabe está aún en el embrollo del problema que tuvo, no está muy informado pero él y Alemania faltaron a la junta por eso mismo, no quiere molestarlos.

Debido a que nunca había estado en una situación así, no había tratado con ningún omega así, había presenciado y ayudado en bastantes tiempos de calor de algunos omegas y ninguno de éstos había sido tan afectado de ésta manera, por eso Colombia empezó a dejar salir suaves feromonas alteradas, el suave olor a citronela flotó alrededor suyo.

Colombia: ¿Mn?

Sus ojos se desviaron para ver a Salvador quien se había removido, el ceño se relajó suavemente. Colombia vió aquello muy claramente así que pensando mejor las cosas empezó a exudar más feromonas, ésta vez suaves y tranquilas, como un soplo cítrico.

Efectivamente Salvador empezó a relajarse notablemente, su respiración se tranquilizó y sus manos se movieron torpemente hasta que encontraron el brazo de Colombia, jaló y abrazó aquella parte de la fuente del delicioso aroma.

Colombia: Eso es.

Un poco apenado se removió pero Salvador abrazó su brazo aún más fuerte, chillando entre dientes bastante descontento. No tuvo más remedio que acostarse a su lado.

Salvador de inmediato se abrazó a su cuerpo, enredando sus piernas con las del colombiano, restregando su carita contra el pecho ajeno.

Colombia casi vomitó arcoiris, Salvador parecía un esponjoso y suave gato peludo siendo cariñoso. Suavemente acarició el cabello ajeno y siguió soltando feromonas durante un largo, largo rato.

La atmósfera eran tan cómoda y tranquila que ni siquiera supo en qué momento se quedó dormido, pero al abrir sus ojos se dió cuenta de que ya era pasado de medio día y estaba completamente nublado dando así una vista que parecía más una tarde-noche opaca.

Se sentó en la cama y restregó su rostro con sus ásperas manos. Se estiró y miró a su lado unos largos segundos, el lugar donde antes estaba Salvador estaba completamente vacío.