CEREZOS DE PRIMAVERA.

🐯 𝙆𝙖𝙥𝙞𝙩𝙚𝙡 ୭➛ •38•

La noche había llegado luego de que la llovizna verdaderamente se convirtió en tormenta la cual era un poco torrencial pero nada que los obligara a preocuparse.

Las habitaciones donde iban a pasar la noche eran pequeñas pero suficiente para dos personas, afortunadamente para Alemania había solo una cama, un baño y ducha y un par de sillones con forma de manos, le disgustaban pero Guatemala los amaba y desde que se duchó se acurrucó en el sillón abrazando el dedo pulgar de éste.

Mientras gruñía entre dientes observando los fuertes pero esbeltos brazos de Guate acariciar el sillón Alemania se dedicaba a secarse el cabello con rabia. ¿Qué tenía ese sillón que él no lo tenga?

El timbre sonó un par de veces. Rápidamente el omega se levantó y pasó dejando una ráfaga de aire detrás que hizo que Ale se sorprendiera.

― La cena, justo lo que se ordenó.

Escuchó decir al hombre, Ale se colocó ropa interior y pantalones de algodón holgados. Los abdominales fuertes y duros eran la envidia de cualquier hombre.

Guatemala: Gracias.

― . . .Tal vez, me gustaría . . .nosotros.

Las palabras se escuchaban entrecortadas pues Alemania se había alejado para buscar el peine pero algo dentro de él vibró con molestia, así que rápidamente se dió la vuelta y a paso silencioso se acercó sin que ninguno de los dos se diera cuenta.

Guatemala: Es muy lindo de tu parte pero yo tengo pareja.

― O-Oh, lo siento mu-. . .

La habitación estaba oscura, el chico no podía ver hacia adentro, había elevado la mirada hace unos segundos pero ahora que lo volvió a hacer, sobre los cabellos del bonito omega se encontraban dos ojos dorados, tan feroces que lo hicieron retroceder por instinto.

Una mirada tan helada que le hizo temblar el corazón y su alfa simplemente le gritó que retrocedieran. Aquellos orbes infernales no parpadearon en ningún momento y se mantuvieron fijos en su persona, como unos peligrosos ojos de halcón, ¡Estaba tan asustado!

Al ver la extraña actitud del chico Guatemala se giró a ver qué había detrás suyo pero en cuanto lo hizo solo soltó una risita. Alemania le estaba sonriendo amablemente, con ojos suaves y la hilera de blancos dientes casi le hizo cerrar los ojos, una sonrisa tan brillante que iluminó el corazón del omega.

Alemania: ¿Eso es todo?― Preguntó al moreno recibiendo una afirmación.― Entonces vamos adentro.― Empujó con cuidado a Guate quien llevaba la bandeja grande con comida y una vez fuera de su vista su mirada se dirigió lentamente al empleado.― Gracias por tu servicio.

Una voz sedosa parecida al siseo de una serpiente venenosa a punto de atacar, vacilando y moviéndose alrededor esperando a que su presa hiciera el mínimo movimiento o ruido para lanzarse y enrrollarla hasta asesinarla.

El chico asintió con torpeza y a tropezones salió corriendo por el pasillo escuchando el chirrido de la puerta cerrándose lentamente hasta escuchar el portazo. Esa noche, pudo decir que estuvo más cerca de lo que podría ser un demonio.

Guatemala: Tardás mucho, vení, vení, probá esto, Dios está tan rico.

Alemania sonriendo amablemente asintió ansioso por ser alimentado por su pareja después de todo el bonito omega lo estaba esperando mientras elevaba la cuchara y abría su linda boquita pidiendo que lo imitara.

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Por la mañana Guatemala ya estaba alistándose con su ropa. Un short de lona a medio muslo, una blusa de tela blanca manga larga y unas botas negras, ¡se veía tan lindo!.