Pov Omnisciente.
La noche transcurría al compas de música suave, risas tímidas y aburridas charlas laborales. Algunos la estaban pasando de maravilla, pero otros no.
–¡Cuál era tu nombre? ¿Lara?
–Sí. Es un gusto conocerte Salma, he sabido de varios trabajos tuyos y son increíbles– halaga a la señora, pero su atención está en Robert, algo que no pasa desapercibido para la exitosa empresaria.
–¿Lo conoces hace mucho?
–¿A quién?– la mira desentendida.
–A Robert. Noté cómo lo miras. Un hombre irresistible ¿No?– insinúa analizando la reacción de la joven.
Ella sería su siguiente carta para separar a la pareja.
–Admito que hicimos una gran pareja en el tiempo que fui su secretaria...– suspira –Pero ahora está con...otra.
–¿Sabes? Siempre me gustó ayudar a los amores imposibles.
A lo lejos, las secretarias de los jefes las miraban con cautela, y no eran las únicas.
Muchos de los presentes ya sabían de los intentos de Salma para quitarle el mando a los Pattinson y el inconveniente de Lara en la campaña, la cuál por cierto se había enojado bastante por su reemplazo tan repentino.–¿Quién invitó a la bruja malvada?– susurra Dennis.
–¿Cuál de las dos?– dice entre dientes y con una pizca de rencor la castaña.
–Martina– la nombra quitándole la copa de las manos para evitar que su amiga vuelva a emborracharse –Por supuesto que hablaba de Salma.
Nadie la había invitado, lo cierto es que hasta la cumpleañera quería echarla pero por mera educación, y discreción hacia los invitados, no lo hacia.
Robert era el que había estado más cerca de hacerlo al momento en que cuando de repente recordó las consecuencias de sus últimos impulsos de rabia. Debía controlarse o, al armar una escena arruinaría el día especial de Úrsula.–¿Tú invitaste a Lara?– indaga el magnate. Luego de haber ido al hospital no volvió a cerciorarse de que la joven estuviera bien.
–Invité a mucha gente ¿Si? No solo a ella sino también...– se calla de repente, evitando mencionar que también iba asistir su amante secreto.
–¿Qué?
–¡Robert! Que gusto verte.
Se aproxima Lara regalando su mejor sonrisa para atacar.
–Tengo algo que hacer, con su permiso– la cumpleañera los deja con la excusa de conseguir un microfono.
Los demás le prestan atención.
–Buenas noches a todos ¡Gracias por venir! No preparé uno de esos aburridos discursos que hacen sonreír falsamente a la gente...Sin embargo, solo quiero dedicar un brindis por el amor...– mira directamente hacia la entrada, donde el mismísimo Daniel Tremblay aparecía con un ramo de flores en mano –...Y mis 30 años ¡Salud!
–Salud– dicen todos en la sala al unísono y levantando sus copas.
–Ahora a bailar señores.
Dicho eso música más movida que la anterior comienza a sonar, varias parejas se unen en la danza.
Robert, quién se había mantenido impasible hasta ahora, de repente observó la escena en la que su hermana recibía al inesperado invitado con un efusivo abrazo y beso en la mejilla. Los recuerdos de cómo el empresario había coqueteado con Martina y la manera descarada en la que sonreía, sin siquiera importarle en los problemas en los que había metido a la empresa familiar por su mera avaricia, hicieron que se alterara. En grandes zancadas se dirigió a la pareja, pero una suave mano se entrelaza con la suya deteniéndolo.
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Señorita Stoessel
Fanfiction−Mi nombre es Martina Stoessel, pero me puede decir Tini, señor− sonrío tendiéndole la mano. −Señorita Stoessel, bienvenida− dice con desgana sin apartar su mirada de la computadora. Confundida bajo mi mano. −Espero que no vuelva a venir con esa rid...