−Mi nombre es Martina Stoessel, pero me puede decir Tini, señor− sonrío tendiéndole la mano.
−Señorita Stoessel, bienvenida− dice con desgana sin apartar su mirada de la computadora.
Confundida bajo mi mano.
−Espero que no vuelva a venir con esa rid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Úrsula👠
Suelto mi pelo para luego masajear el cuero cabelludo con suavidad. Tener mucho tiempo el pelo recogido es malo.
Miro mi reflejo en el gran espejo del ascensor preguntándome mentalmente "¿Hasta dónde has caído para que te tomen en cuenta Úrsula? ". La frustración carcome mis entrañas mucho peor que la preocupación por el futuro de la empresa.
La puertas se abren, reemplazo mi cara de niña molesta a una de señora divorciada.
–¡Pero miren lo que tenemos aquí! A la hermosa y espléndida Úrsula Pattinson– sonriente levanta los brazos, llamando la atención de algunos empleados.
"Actúa como si fuéramos amigos. Cosita"
–Daniel Tremblay– hago un ligero asentamiento con la cabeza. Estoy desesperada pero no quiero que se note.
–Cuando me informaron de tu precipitada visita no lo pude creer. Ahora que te veo...– suspira –...Creo en que los sueños se hacen realidad.
El tipo tiene labia, lo reconozco.
–Ojalá puedas aclarar mis dudas– cambio de tema.
Me guía hacia la oficina, en el camino incluso se acerca posicionando su mano en mi cintura. La retiro mirándolo con advertencia.
–Por favor adelante.
Puedo sentir su mirada clavada en mí cuando ingreso en la sala. La vista británica como siempre es espléndida. Yendo directo al grano prefiero tomar asiento en el sofá.
–Fuiste tú quién robó nuestra idea ¿No es así?
Sin borrar su expresión coqueta se acomoda a mi lado y sirve un par de tragos. Rechazo el vaso que me tiende, esto lo hace reír.
–No me sorprende que sospechen de mí, pero siendo sincero...– dirige su vaso a los labios, deteniéndose antes de tomar –No necesito hacer trampa para ser el mejor, cariño.
–No me llames "Cariño"– ataco molesta.
–No me acuses de tramposo.
Dispuesta a irme me levanto pero él también lo hace, tomándome de la muñeca.
–Espera.
–Al parecer hayas o no hayas sido tú terminas siendo igual que los demás idiotas con dinero. Me miran como un pedazo de carne, no como la verdadera empresaria que soy.
Ahora él se ve molesto. En las pocas ocasiones que nos hemos visto siempre mantuvo su galantería, ahora parece otro.
–Yo sí te tomo enserio, tan enserio que quiero aclararte que no hice nada para que los inversionistas no firmaran con ustedes. Solo trabajé duro, no como piensa tu hermano– vuelve acortar nuestra distancia –Al final vos sos la que termina siendo como los demás: piensan que soy solo un mujeriego más. Pero déjame decirte Úrsula...– suspira, su aliento fresco llega a mi nariz –...Que a las pocas mujeres que he llevado a la cama las he tratado como se merecen.
