•Capítulo 6•

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 DiosaHedone te amo, bye xd

️❤️❤️

Pov Tyler 🖤

En la mañana al despertar recordé que en brazos había llevado a Tini hasta su cama, así que decidí darle los buenos días con un rico desayuno. Cuando lo terminé me dirigí a la habitación con cuidado de no tirar nada.

Admiro como duerme en la cama, tan pacífica y hermosa como siempre. Sería una lástima que alguien la despertara...

Sonriendo malicioso dejo la bandeja con el desayuno, la cuál contiene una taza de té, un par de medias lunas y un pequeño clavel rojo, en la mesita de luz y me subo a la cama, colocando una rodilla a cada lado de ella y me inclino susurrando:

–Despierta, bonita.

Se intenta girar, pero mi peso la tiene inmovilizada por lo que emite sonidos de molestia y continúa con los ojos cerrados.

Estaba por comenzar a darle pequeños besos en el cuello, cuando el sonido de un celular me interrumpió.

Al levantarme ligeramente me doy cuenta que es el de ella, está en su pantalón. Lo saco con lentitud del bolsillo y lo enciendo.

*5 llamadas perdidas de Jefe*
*Dos mensajes sin leer de Jefe*

Frunzo el ceño y desbloqueo el celular para leer los mensajes.

De Jefe:

-Señorita Stoessel, necesito que venga a mi casa para recoger un par de cosas importantes. Por favor no tarde.

En el siguiente hay un link de la dirección en Google Maps. La casa está a media hora de acá.

Miro otra vez a Martina, que sigue durmiendo, y después a la pantalla. Prefiero que descanse un poco más. Decido por eliminar los mensajes y el registro de llamadas y dejar el teléfono en la bandeja de desayuno.

–Mmh...Ty ¿mi celular acaba de sonar?– dice adormilada mientras se refriega los ojos.

–No, no, era el mío tranquila– acaricio su pelo -Te traje el desayuno ¿quieres?

Se afirma al respaldar para sentarse y sonríe al ver la bandeja.

–¡Obvio!– aplaude emocionada y se lanza a buscar la bandeja para colocarla frente a ella, pero la detengo.

–Primero quiero desayunar yo– la sujeto de la muñeca y hago puchero.

–Pero trajiste solo una taza...– me mira confundida –Bueno, si quieres compartimos.

Río negando y la empujo hacia mí.

–Quiero desayunarte a vos– le miro fijamente con deseo.

Abre los ojos y la boca sorprendida, para después empezar a reír también.

–¡Asqueroso!

Coloca sus manos sobre mi pecho; mientras la siento a horcajadas sobre mí.

–¿Sabes que te amo?– acaricio su abdomen de arriba hacia abajo, causando que su piel se ponga chinita.

–Sí, y yo a vos– sonríe y me imita, acariciando mi nuca.

Sin esperar más acorto nuestra distancia y la beso con pasión, hambre y amor. La temperatura comienza aumentar y la ropa a estorbar.

Señorita StoesselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora