Creo que nunca antes había escuchado tanto el nombre de Hudson. Desde que ayer le dije a Beth mi nuevo encargo en el trabajo no ha parado de hablar sobre él y soltar datos aleatorios que según ella me podrían servir para redactar la exclusiva.
¿El problema? Que mi jefe quiere algo que nadie sepa, y evidentemente todo lo que mi amiga me ha dicho es información sacada de entrevistas ya escuchadas o de revistas pertenecientes a la prensa rosa, por lo que, cualquier chica en plena adolescencia ya lo sabe. Y sobra decir que mi poco interés en este chico no ayuda con el tema.
Llevo toda la mañana sentada frente a mi escritorio pensando en qué podría hacer o cosas que podría descubrir de Allen y que sean del agrado de Harrison, pero me está costando más de lo que pensaba. Y odio admitir esto, pero seguro que hasta Ava habría dado ya con algo.
Sigo intentando anotar algo que me pueda servir, y cuando ya se me ha venido algo en mente oigo unos toques en mi puerta. Es Harrison, que en cuanto elevo la mirada me mira con cara sonriente.
—Buenos días, señor Harrison — digo a modo de saludo de forma educada.
Él omite el saludo y se adentra en la sala para sentarse enfrente. Dejo de hacer lo que estaba haciendo para prestarle atención, si está aquí será porque tiene algo importante que decir.
—Iré directo al grano — se aclara la garganta — hoy necesito que te quedes un par de horas más.
Aunque no tengo nada especial que hacer por la tarde me extraña que me pida esto. Mi trabajo me encanta, pero también mi tiempo libre y como cualquier persona normal de este planeta, quedarme más tiempo en el trabajo no es mi mayor pasión.
—¿Me necesita para algo en especial? — le pregunto.
—Como ya te comenté el día de ayer, tu nuevo encargo está relacionado con Hudson Allen. Hoy ha decidido hacernos el favor de pasarse por la redacción para conocer a la persona que va a trabajar con él, es decir, usted señorita Cooper.
—Pensaba que eso no era un aspecto importante. Pensé que solo sería hacerle unas cuantas preguntas.
—¿Y cómo haría para traerme esa exclusiva que le pedí entonces? — pregunta de vuelta.
Ese es un buen punto por parte de mi jefe, así que, mientras me mira fijamente yo me quedo callada sin saber qué contestar.
—Eso pensaba yo. Pues ya sabe, espero que esté aquí para cuando él venga — dice finalizando la conversación.
—¿Y por qué no viene cuando todavía es hora de trabajo? — pregunto con un poco de molestia antes de que Harrison pueda levantarse de la silla.
—Ya sabe, cosas de famosos y sus agendas tan ocupadas. Era el único momento en que podía venir — me explica, y con las mismas se levanta y vuelve a su despacho.
Me quedo el resto de la mañana buscando más ideas para cuando vea la estúpida cara del cantante y quejándome en mi interior de que tengo que verlo más tarde. Aunque por un lado sería divertido, probablemente la buena exclusiva que Harrison necesita es, por ejemplo, su verdadera identidad.
A toda esa gente famosa, aparentemente le gusta serlo. Disfrutan de sus lujos, privilegios y el hecho de ser conocidos por más de la mitad del mundo. No es algo que les desagrade, y por una parte lo entiendo. Sin embargo, la apariencia física real de este nuevo cantante emergente es aún desconocida, o por lo menos dudosa.
¿Y cómo se sabe eso? pues muchas personas, tanto fans como entrevistadores que han hablado con él, montaron una teoría probable sobre su persona. Hudson casi nunca es visto en las calles, tan solo cuando hace alguna aparición pública. Es por ello, que algunos piensan que se esconde tras un disfraz, sin mostrar quien es realmente hablando físicamente.
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Entre un amor y medio (Entre amores #1)
Romance¿Qué ocurre cuando comienzas a sentir por dos personas totalmente distintas? Un cantante famoso. Un chico encantador. Y una periodista un tanto curiosa. Por motivos laborales, Iris Cooper debe conocer a Hudson Allen, la sensación del momento. Un can...