Entre un amor y medio (Entre amores #1)

34 | Un problema acaba, pero el drama continúa

El salón queda en completo silencio tras la noticia. Jareth apaga la televisión en cuanto vuelve en sí y a parte de la decepción, puedo ver la sorpresa en su cara. Se desploma en el sofá como si de repente no pudiera sostenerse en pie, supongo que pensar que alguien a quien quieres ha podido traicionarte de esa forma es un golpe muy fuerte.

El problema es que lo que ha pasado no podría ser más diferente a eso. No sé cómo ha ocurrido, pero puedo estar segura que no ha sido por mí. Y lo peor de todo es que Jareth no va a creerme aunque se lo diga, porque algo me dice que la única persona que sabe su secreto soy yo, sin contar su agente y familia.

Es por eso que en este momento lo único que me sale hacer es quedarme estática en el mismo sitio en el que he estado desde un principio, sin saber qué hacer o qué decir. Así durante dos minutos que, aunque no sean mucho tiempo, me han parecido eternos.

—Yo... —intento comenzar a decir, porque el silencio me está matando.

No sé qué es lo que le he estado haciendo a la vida últimamente, todo me está saliendo mal. Hoy tan solo quería venir a hablar con Jareth para poder entenderle mejor y lo que me llevo de ello es desconfianza por su parte y más drama en mi vida.

Esto es digno de telenovela.

—Pensé que podía confiar en ti — me mira directamente a los ojos cuando habla, puedo ver que está dolido.

Paso mi peso de un pie al otro, nerviosa por toda esta situación. También comienzo a cabrearme por ello, ¿es que no pueden dejar de ser tan buitres y respetar un poco la privacidad de las personas?

—Y puedes seguir haciéndolo, prometo que no tengo nada que ver con lo que ha pasado — quiero que me crea.

—¿Y cómo explicas eso? — señala la televisión enfrente suya, refiriéndose a la noticia recién dada.

—Estoy tan sorprendida como tú, no sabía que la prensa lo supiera.

—Pues parece ser que es así — dice escéptico, parece que una risa de la misma característica está a punto de salir de sus labios.

—Siento que el mundo se haya enterado de esa forma, pero te prometo que yo no he dicho nada. Jamás lo haría — suplico porque me crea.

Sé que en estos momentos es muy poco creíble, pero quiero que confíe en mi palabra. Le quiero y por eso, por muy dolida que pueda estar, nunca haría algo así. De verdad que no tengo ni la menor idea de cómo ha sucedido.

—Quisiera creerte, pero sin una explicación coherente no puedo hacerlo. Las únicas personas que saben sobre eso sois tú, Evelyn, mi madre y mi hermana. Y puedo estar seguro de que ninguna ha dicho nada — ahora su mirada torna algo acusatoria, lo que hace que mi sangre comience a calentarse, y no en el mejor de los sentidos.

—¿Y cómo puedes estar tan seguro de que no ha podido ser alguien más? ¿Que ha sido cosa mía?

—No lo sé, pero no me queda otra persona que lo sepa, ya te lo he dicho.

—Qué triste entonces, que no confíes más en mí — digo, esta vez siendo yo la decepcionada.

—No me dejas otra opción — esa frase ha rematado mi enfado, tanto como para hacérselo saber.

—¿Enserio me estás diciendo eso cuando tú has estado mintiéndome todo este tiempo? Cuando has estado viendo como poco a poco me iba enamorando de dos personas que creía que eran distintas y andaba hecha un lío por tu culpa. Cuando me sentía mal por estar pensando en otro creyendo que te iba a hacer daño y resulta que el que estaba jugando conmigo eras tú, porque eso es lo que parece — una risa sarcástica sale de mí, esto no puede estar pasando — eres un hipócrita, Jareth.