3 | Deuda cobrada

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—¡Aaaah! — grita mi amiga, haciendo que hasta el vecino más lejano la oiga — te amo demasiado en estos momentos — exclama toda sonriente mientras contempla lo que tiene entre las manos.

Sonrío divertida al verla. Parece una chica histérica de catorce años que acaba de conocer a su estrella del pop favorita, como si estuviéramos todavía en la década del dos mil.

Beth admira el gorro que le he dado hace un rato, poco más y se le cae la baba de tanta admiración. Lo que puede hacer un objeto con una simple firma. Si yo tuviera el nivel de fama del propietario, lo aprovecharía y me haría aún más millonaria de lo que podría ser.

—De nada por ser la mejor amiga que podrías tener — digo dándome palmaditas a la espalda a mí misma.

La verdad es que, aunque no sea una de sus admiradoras, poder darle una alegría a mi amiga aparte de hacer mi trabajo también me pone contenta.

Puede que seamos muy distinta la una de la otra, pero eso es lo que nos une incluso más. Lo que a una le falta, la otra lo compensa y siempre hemos estado para la otra en las malas y en las peores, obviamente en las buenas también.

Beth ha sido un gran apoyo en mi vida, como si fuera parte de mi familia. Y eso se lo agradezco, porque es como la hermana que nunca he tenido.

La miro y sonrío. Es una de las personas más importantes de mi vida y de las que más quiero junto a mi familia. Y me hace gracia su estado de ahora.

—Ni queriendo bajas tu ego — dice como si la hubiera exasperado para luego seguir baboseando por el gorro.

Dese que he salido del trabajo esta tarde, he estado deseando venir a casa tan sólo para ver la reacción de mi mejor amiga. Cuando se lo he dado no se creía que fuera de él, pero al ver la firma que hay en él se ha retractado y ha confiado en que me lo había dado Hudson tiempo atrás, como en realidad ha pasado.

Seguramente le quede poco para salir corriendo a su habitación y guardar este objeto como si fuera uno de sus mayores tesoros. Beth parece una adolescente hormonada cuando se comporta así, parece que una preadolescente vive en su interior. Es muy divertido cuando adopta esa actitud.

Y aunque pueda dar impresión de que le falta por madurar, nada más lejos de la verdad. Cuando la situación lo requiere llega a ser una persona muy sensata que sabe lo que tiene que hacer.

Simplemente Hudson es su tema de fan loca, pero como cualquiera, todos tenemos algún punto friki que casi nunca mostramos, y eso no es algo malo. La diferencia de mi amiga es que nunca se esconde con eso.

No me he dado cuenta de que sigo cargada con todo lo del trabajo, ya que desde que estoy en el apartamento únicamente me he dedicado a observar a Beth y su fanatismo, así que me deshago de todo lo que llevo encima.

Una vez con el pijama puesto y bien cómoda, me dispongo a hacerme la cena. Un revuelto de verduras para compensar la comida basura de hoy está bien. Cuando ya la tengo preparada me voy al salón para comerme la cena en el famoso sofá de Beth.

Digo sofá de Beth, porque pasa más tiempo en ese mueble de lo que podría llegar a pensar.

Me siento a su lado y ponemos netflix. Ella elige la película, por lo que, como es lo normal cuando ella escoge, vemos una con temática romántica. Para cuando está terminando, los dos protagonistas resuelven su problema y se reconcilian dándose un beso.

Muy original por su parte.

Evidentemente eso es solo sarcasmo. Bufo cuando comienzan a salir los créditos del filme, y Beth me llama antiromántica, lo cual no soy. Simplemente todas las películas románticas me parecen iguales. Yo prefiero ver algo más de acción. Sin embargo, a Beth sí que le ha encantado.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora