31 | Noche de chicas, Marvel y golosinas

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Por si alguien no se la ha visto, quiere vérsela y aún no ha sido spoileado, (lo cual desde mi punto de vista tiene unas probabilidades mínimas), este capítulo contiene spoilers de la película de marvel Avengers: Endgame.

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Maratón

7/8

Nos separamos por falta de aire. Hudson apoya su frente sobre la mía, puedo notar su respiración irregular.

—No sabes cómo me gustaría volver a besarte, pero entiendo que no quieras.

Esta vez se separa por completo de mí, sin dejar de mirarme a los ojos.

—Adiós, Hudson — me despido de él.

—Adiós, Iris.

Doy media vuelta para alejarme de él y todo el torbellino de emociones que me está viniendo. Oigo pasos alejarse, supongo que él habrá comenzado a irse por el lado contrario.

Antes de que me besara pensaba que no podría haber beso que me gustara más que los que me daba Jareth, pero el de Hudson también ha sido increíble.

Con una mala sensación en el cuerpo llego al apartamento. Me siento una persona horrible, porque, aunque ya no esté con Jareth, siento como si le hubiera engañado. De cierto modo lo he hecho.

No sabría explicar en qué momento he llegado a este punto ni cómo, sólo ha pasado. Con Jareth me sentía realmente bien, me sentía cuidada, sabía que lo que él sentía era más que real y siempre me lo hacía ver. Sabía cómo mantenerme con una sonrisa tonta en la cara de lo dulce que era conmigo.

Pero con Hudson también sentía cosas. Al final conseguía que me riera, aunque fuera con sus tonterías cuando se hacía el egocéntrico, también ha conseguido sorprenderme en el buen sentido, conversar con él se me hacía interesante, poco a poco se ha ido abriendo a mi dejando que lo conociera cada vez un poco más.

Hay algo en los dos que hace que sienta esas estúpidas mariposas en el estómago. La increíble mirada del pelinegro y la bonita sonrisa del rubio. Es todo un cúmulo de sensaciones.

No estoy demasiado animada como para hacer algo más que irme directa al cuarto y tumbarme en la cama, no quiero pensar en nada en estos momentos.

De repente noto que un peso se deja caer sobre mí, sé que es Kiwi. Me basta con algo de su compañía como para sentirme mejor. Se acurruca junto a mí, y en cualquier momento me quedo dormida bajo las sábanas en la oscuridad de mi habitación.

♬ ♬ ♬

—¡Arriba! — oigo que gritan mientras me quitan las mantas de encima.

Beth corre las cortinas para que entre la poca luz que queda del día en la habitación. Gruño por tal gesto, Beth no ha sido muy delicada para despertarme que digamos.

—¿Por qué lo haces? — pregunto de mala manera, deseando que se vaya por donde ha venido.

—Porque no puedes esconderte debajo de tus sábanas a esperar a que tus sentimientos se solucionen — espeta — además el trabajo de dormir es el mío.

—Te odio — intento fulminarla con la mirada.

Beth se sienta en mi cama y me mira con lo que parece comprensión. En los segundos que me quedan antes de que se ponga a hablar intento mentalizarme de la charla que tiene preparada.

A pesar de que ahora no quiera hablar y mi mejor amiga me esté resultando un grano en el culo, agradezco que se preocupe por mí. Veo que se dispone a hablar.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora