45 | Eres la persona indicada

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Han pasado tres días desde que llegamos al lugar en el que Jareth creció, hoy es el cuarto y último, mañana nos iremos de aquí después de comer.

Como bien le prometí el primer día, los otros dos hemos pasado la mayor parte del tiempo juntos. Esta vez ha sido el turno de Jareth de hacerme una especie de recorrido por su ciudad, Greensboro. Me ha llevado a todos los lugares que ha querido, por los que solía salir antes de ser famoso hasta los que menos le gustaba.

Y no solo eso, puede que también hayamos tenido algún que otro momento de los nuestros. Ayer, cuando llegamos a su habitación, le pregunté si alguna vez había compuesto una canción que no hubiera mostrado al mundo, que solo unas pocas personas cercanas o él supieran de ello, tenía curiosidad después de reparar en el momento que me dijo que se estaba replanteando cambiar su estilo musical a uno más propio.

Él me dijo que sí y sin pedírselo agarró la guitarra que tenía en una de las esquinas de la habitación y comenzó a tocar a la vez que cantaba. Fue algo bonito y lleno de magia, por muy cursi que suene. También volví a sentir esa conexión que ambos compartimos y que nunca ha llegado a esfumarse del todo.

Lo que nos lleva a este momento. Momento en el que me encuentro tumbada en la cama con un brazo rodeando mi cintura. Solamente nos hemos dedicado a dormir, pero se me había olvidado que a Jareth le encanta abrazar cualquier cosa mientras duerme, o eso quiero pensar. Que lo hace de forma inconsciente y no a propósito.

Con mucho cuidado para que no se despierte aparto su brazo de mí y me doy la vuelta. Jareth dormido es aún más guapo, se ve tan sereno que me da pena tener que despertarlo. En su lugar, me quedo por más minutos admirando su belleza masculina, no puedo evitarlo.

—Soy tan amable que te dejaré hacerme una foto si así quieres — veo como se le dibuja una gran sonrisa en la cara, la cual mezcla burla, diversión y una pizca de arrogancia en ella.

Al principio no creería que fuera suya, pero ya comprendo que Jareth no es solo el chico dulce y cautivador que conocí hace meses. También es ese coqueto y burlón que lo caracterizaba cuando era su otra versión, por decirlo de alguna forma. Y me gusta aún más, me he dado cuenta que esa mezcla de personalidades, que antes me mostraba por separado para evitar que descubriera la verdad por el momento, me divierte y encanta al mismo tiempo.

Así mismo, noto como un poco de calor comienza a subirme por las mejillas al haberme pillado mirándolo embobada.

—No la querría para nada. O bueno, pensándolo mejor, podría vendérsela a la prensa y sacarme algún dinero — bromeo.

—Claro que no la quieres, es mejor tener la vista real, esa que mirabas tan fijamente — se ríe de mí.

—Menudo chulito — ruedo mis ojos. Jareth ríe por segunda vez.

—Por si te sirve de algo, ya estaba despierto. Minutos antes estaba haciendo lo mismo que tú, pero contigo. Eres la cosa más bonita cuando duermes — me sonríe esta vez, volviéndome a agarrar de la cintura y acercándose un poco más a mí.

No me había dado cuenta, pero me he alejado de él en cuanto ha abierto los ojos y me ha pillado observándolo.

—¿Solamente cuando duermo? — habla mi yo egocéntrico, que sale muy de vez en cuando.

—Siempre lo eres y lo sabes — acto seguido me da un beso en la frente, lo cual me descoloca un poco.

Algo más de lo que he podido darme cuenta es que Jareth está muy cariñoso estos días. Ha estado todo el tiempo buscando cualquier excusa para tocarme y no sé si debería disgustarme el que no me moleste, pero lo dejo pasar. Supongo que tiene la misma necesidad que yo de cercanía entre ambos.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora