9 | Beth junior en camino

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Es sábado, un día muy tranquilo a decir verdad. Dentro de poco será la hora de comer. Beth acaba de levantarse, la saludo mientras ella se estira perezosamente.

—¿Cómo has dormido?

—Muy bien, aunque me gustaría dormir un poco más — contesta.

Lentamente se dirige al sofá para volver a sentarse. Durante el día, mi amiga pasa más tiempo sentada que de pie, no sé cómo no le termina doliendo el cuerpo entero. Para que no esté sin nada en el estómago hasta que comamos le hago un cola cao, y junto a eso le doy un par de galletas.

Ella me agradece y enciende la televisión, acto seguido comienza a comer lo que le he preparado. Estamos las dos tranquilas por un rato mientras se toma su desayuno rápido. Como acaba de levantarse, ahora mismo es chica de pocas palabras, por lo que, me quedo a su lado, pero sin hablarle.

Cuando llevo media hora viendo la televisión, me canso y voy a mi cuarto a cambiarme de ropa, he decidido que dar un paseo para tomar el aire es una buena forma de pasar el tiempo. Cuando termino, me arreglo un poco la cara y me peino para no parecer que tengo un nido de pájaros como pelo.

Cuando salgo del baño me encuentro con Beth al telefonillo del apartamento, parece que está hablando con alguien a quien desconozco. Al darse cuenta de que estoy delante suyo, me mira y aparta el telefonillo de su oído para decirme algo.

—Es el repartidor, pedí algo por internet el otro día y lo acaba de traer. ¿Podrías ir tú a por él? — me pide.

—¿Y no puede subir él?

Beth niega con la cabeza. Teniendo en cuenta que ella va en pijama y yo voy a salir a la calle, no me importa bajar y mandar por el ascensor el paquete, así que, asiento con la cabeza. Me dirijo a mi habitación para agarrar mi bolso con todo dentro, mi teléfono y ya estoy lista.

Cuando bajo y ya estoy fuera no veo a ningún repartidor. En su lugar, Jareth se encuentra parado junto al portal del edificio. Lo miro extrañada, pues no tengo idea alguna de qué hace aquí, debe de ser por el mensaje de ayer.

Él me mira y sonríe como siempre, viene hacia mí para acercarse.

—Hoy te vienes conmigo.

—No entiendo nada — le digo confusa ante su presencia.

Él se gira, y por inercia yo lo sigo hasta llegar al que supongo es su coche. Jareth me abre la puerta de este para que me suba y lo hago después de agradecerle. Él da la vuelta al coche y se sienta en el lugar del conductor para arrancarlo y comenzar nuestra ruta.

—¿A dónde vamos? — pregunto una vez estamos ya en carretera.

—Es una sorpresa — contesta sin dar detalle alguno.

Decido no preguntarle y ver que tiene en mente. Él sonríe al notar que le miro con cara confusa, y enciende la radio, donde suena una música bastante agradable. El camino hacia donde me esté llevando transcurre así, con la música sonando y los dos envueltos en un silencio, que no es nada raro, sino cómodo.

Bajo la ventanilla del coche y apoyo el codo en ella, dejando que el aire que se crea me de contra la cara y mueva mi pelo en dirección contraria a él. Cuando veo que estamos llegando a Central Park, Jareth va parando el coche y en busca de algún lugar para aparcar.

En cuanto lo encuentra, aparca y sale del coche, lo imito. Lo veo coger una cesta y yo la miro extrañada. Comenzamos a caminar hacia el parque en silencio también, así que decido no hacer preguntas y observar qué hace.

Cuando llegamos, en el parque hay unas cuantas personas. Unas paseando, niños correteando por el césped, parejas pasando el rato y otras realizando distintos tipos de actividades. Durante unos minutos recorremos un poco de Central Park hasta que encontramos un lugar en el césped vacío y con pocas personas alrededor.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora