33 | Al final todo sale a la luz

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Muda. Así es como me quedo tras escuchar toda la conversación entre Jareth y Evelyn. No sé qué hacer. Menos mal que no se han dado cuenta de mi presencia, porque en ese caso tendría que decir algo y eso sería peor, tengo la mente demasiado en blanco como para poder reaccionar.

Tan solo venía a tener una conversación tranquila, dentro de lo posible, con Jareth y lo que me he encontrado en el camino ha sido todo lo contrario. Si antes estaba confusa, ahora lo estoy aún más. ¿Se supone que he estado saliendo con la misma persona a la que decía detestar?

¿Cómo es posible que esos dos sean la misma persona? A penas se parecen, si es que lo hacen. No entiendo absolutamente nada y aunque me gustaría saber más sobre todo esto no puedo quedarme aquí. Tengo que salir cuanto antes de este piso o me desmayaré de la impresión. Y no es el mejor lugar para que algo así ocurra en este momento.

Me dispongo a salir corriendo de aquí, con tantas prisas que no me doy cuenta de mi descuido y choco contra el mueble que hay en el pasillo haciendo que los objetos que hay sobre ella se tambaleen y hagan ruido. Contengo la respiración, el pulso se me acelera de los nervios y giro para ver si se han dado cuenta de mi presencia con la esperanza de que la respuesta a mi interrogación sea negativa, pero como es de esperar no es así.

Al girar, siento la mirada afilada de la representante atravesándome el cráneo mientras que la expresión de Jareth es una mezcla entre el miedo y la sorpresa. Se ha quedado en shock.

—Lo... lo siento. No era mi intención escuchar a escondidas — tartamudeo, a penas siento que palabras puedan salir de mi boca.

Acto seguido me vuelvo a dar prisa para salir de su piso a paso rápido.

—¡Estupendo! Ahora irá a la prensa y todo saldrá a la luz — oigo que grita Evelyn llena de furia.

—Eso no es cierto, ella no es así — le contesta el pelinegro aún más cabreado, y no sé si es por ella o por mí.

—Ni se te ocurra salir corriendo detrás suyo — oigo a penas comienzo a bajar las escaleras.

Supongo que Jareth ha intentado ir detrás de mí y esa mujer de carácter amargo no lo ha dejado. Puede que no sea de mi agrado, pero en este momento le agradezco eso, no me apetece hablar nada con Jareth ahora mismo. Al menos no hasta que digiera toda esta información.

Cuando salgo a la calle estoy un poco desorientada. Todas las cosas expuestas en esa conversación, o más bien discusión, todavía rondan en mi cabeza y me aturden de una forma que no logro entender. ¿En qué momento mi vida se ha convertido en semejante culebrón?

Cuando espabilo y consigo descifrar por donde está la parada de metro el sonido de la puerta cerrándose tras de mí hace que despierte de mi estado de shock por segunda vez. Me giro y ahí está él. Cuando me mira sus emociones son otras, la preocupación y el alivio, por ver que ha logrado alcanzarme.

—Iris, no debiste oír eso — comienza a hablar, pero lo corto antes de que pueda seguir.

—Lo sé, solo quería hablar contigo y por eso vine aquí. El resto ha sido todo un accidente — aclaro.

Me doy la vuelta para comenzar a caminar e irme, pero su mano agarra la mía tirando hacia atrás y haciendo que me gire para quedar cara a cara. Me remuevo incómoda, por lo que me suelta instantáneamente.

—Me refiero a que no debiste escuchar todo eso de esa forma. No así — aclara esta vez él.

—No te preocupes. Lo entiendo, tú eliges a quien quieres confiarle tus secretos, está en tus derechos. Pero ahora la verdad es que solo quiero irme a casa — atajo, y es la verdad lo que acabo de decirle.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora