15 | De sala en sala y voy porque me toca

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—La primera cita de Iris y yo estoy aquí para verlo — medio chilla Beth entusiasmada.

La ignoro, porque si me parara a escuchar cada comentario que suelta no terminaría nunca de prepararme. La situación es la siguiente: Jareth me propuso ir al cine porque le apetecía ver una película, y ahora estoy arreglándome con mi amiga de espectadora. Él vendrá dentro de un rato a por mí.

Esta mañana se lo he dicho a Beth, motivo por el que ahora no me deja tranquila diciendo todo el rato que es una cita. Podría decir que ella está más ilusionada que yo por mi no cita. Me meto en mi cuarto para dejar de escucharla y maquillarme frente al pequeño espejo que tengo sobre el escritorio.

Como vamos a estar a oscuras, no me maquillo demasiado, tan solo un poco de rímel, polvos y brillo de labios. En cuanto a mi ropa, consiste en un vestido sencillo de media manga, con unos botines que tienen un poco de tacón. Y para no congelarme del frío cuando sea más tarde, llevo una chaqueta conmigo.

Salgo de la habitación y nada más verme, Beth vuelve a hablar.

—Estás muy guapa, en cuanto Jareth te vea seguro quiere volver a besarte — dice muy segura.

—No seas tonta.

—Solo digo verdades como templos. Aunque una pena que te hayas puesto brillo en los labios, no te va a servir de nada — comienza a subir y bajar las cejas en cuanto dice eso, con picardía llenando la expresión de su cara.

A veces me gustaría que mi amiga tuviera un botón de apagado, o por lo menos de silenciador para poder pulsarlo y no escuchar sus comentarios tontos.

Mientras espero a Jareth, me dedico a jugar con Kiwi. Por primera vez lo he pillado activo, no puedo desaprovechar esta oportunidad. Cojo uno de los juguetes que le compré, un palo de madera con una cosa colgante, se lo pongo delante y con su pata comienza a darle al objeto volador, o a hacer el intento.

Al mismo tiempo, Beth suelta más de sus comentarios que parecen nunca terminarse y hacer insinuaciones sobre Jareth y yo. Me río por las caras que pone, nunca podría aburrirme con ella y sus ocurrencias.

Llaman al telefonillo y supongo que es Jareth, por lo que, me levanto rápidamente del suelo, le lleno el cuenco de pienso a Kiwi, que se encontraba vacío, y me dispongo a bajar.

—En cuanto veas tu oportunidad, ataca pequeña fiera — grita Beth desde dentro para que pueda escucharla, antes de que cierre la puerta.

Llamo al ascensor bajar. No pasa mucho tiempo desde que lo llamo, pero se me hace eterno el minuto en el que llega. Estoy ansiosa por ver a Jareth, y al mismo tiempo los nervios comienzan a aflorar en mi interior.

Y no son esos nervios que producen el cosquilleo cada vez que lo tengo cerca, si no que no sé cómo reaccionar a esto. Jareth me gusta y ya no puedo sentirme igual que cuando lo veía como solo un conocido, y si yo a él no le gusto, no quiero imaginar la decepción que me llevaría.

En el ascensor, se me vienen muchas imágenes de nosotros dos a la cabeza, en una sala oscura cómo es el cine, porque no vamos a engañarnos, puede pasar cualquier cosa. Y sí, tengo ganas de que me bese, sentir la sensación de tener sus labios sobre los míos, pero a la vez estoy nerviosa por ello.

Me estoy comportando como cuando iba al instituto y tenía mi primera cita.

A qué punto hemos llegado Iris.

Las puertas del ascensor vuelven a abrirse dejándome libre, salgo y ahí está, apoyado contra su coche de brazos cruzados.

En cuanto me ve amplía su sonrisa, ¿he dicho ya que tiene una sonrisa perfecta y muy bonita? Aunque vaya con unos simples vaqueros y un jersey, está muy guapo.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora