44 | Conociendo a los Allen

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—Ya hemos aterrizado — alguien me llama.

Me revuelvo un poco en el asiento antes de abrir los ojos y me ubico antes de mirar a la persona que tengo al lado.

—Qué rápido — me froto los ojos y suelto el cinturón.

—En realidad han sido casi cuatro horas, te has dormido la mitad del viaje — ríe.

—Oh, pues no he dormido tan mal.

Los pasajeros comienzan a levantarse para recoger su equipaje y bajarse del avión. Nosotros imitamos sus movimientos y pronto estamos recorriendo el aeropuerto para salir de él. Cuando estamos fuera, esperamos a que vengan a recogernos, según Jareth alguien debe venir a por nosotros.

—Hay una cosa que sigo sin saber — digo en voz alta, de pronto se me ha venido algo a la mente.

—¿Qué cosa?

Un coche aparece delante de nosotros en pocos segundos. El conductor se baja de él para ayudarnos con el equipaje y una vez está todo guardado nos subimos a él. Jareth le indica la dirección a la que debe llevarnos y este se pone en marcha.

—¿Cómo es que el señor Harrison tenía la grabación que te di? — continuo con la conversación, extrañada.

—Cuando escuché lo que había en ella me sentí tan estúpido que debía hacer algo. No sabía si tu jefe lo sabría, aun así, decidí que debía escucharlo. Que Ava hiciese algo así podría haber afectado de forma negativa a tu trabajo y no quería que hubiera malentendidos como pasó conmigo, no quería que te despidiesen por algo que no habías hecho, así que, me reuní con él y le entregué el pendrive con la grabación. Resultó que no sabía nada de ello.

—Le dije que no fui yo quien publicó aquello y me creyó. Tenía pendiente hablar con él sobre ello, pero primero quería arreglar las cosas contigo.

—Me alegro de que estuviera todo bien, entonces. De todas formas, Harrison debía saber sobre Ava.

—Lo sé. Y hablando de trabajo... se suponía que hoy debía ir a trabajar y estoy aquí contigo, ¿qué le voy a decir ahora al señor Harrison? Que sepas que si me despiden va a ser culpa tuya — lo acuso.

—¿Recuerdas el día que me quedé con él hablando en su despacho? — afirmo asintiendo con la cabeza — también le pedí permiso para dejarte venir.

—Oh — me quedo pensando, ¿desde cuando tenía Jareth pensado traerme?

No me da tiempo a preguntar por ello porque el coche se detiene frente a una casa. El conductor vuelve a ayudarnos con las maletas al bajar y se marcha. Me quedo mirando la casa de ladrillo rojizo que se encuentra frente a mí. Es una casa sencilla.

—Te presento la casa en la que pasé toda mi infancia — dice mientras nos acercamos a la puerta.

—Así que voy a estar en el lugar donde una súper estrella se crio, ¿eh? — Jareth suelta una carcajada.

—Lástima que no sea una lujosa mansión moderna de esas — bromea.

—Y que lo digas. Siendo tan famoso y creído creía que tu casa iba a tener hasta mayordomo — le sigo la broma y ambos reímos.

Jareth toca el timbre al llegar a la entrada y una señora de aspecto simpático abre la puerta, parece sorprendida de ver a su hijo. Al principio no se mueve, manteniendo los ojos bien abiertos mirando al chico que tengo a mi lado, pero tras unos segundos reacciona y le da un abrazo.

—No me esperaba esta visita — esta vez luce más contenta.

—Quería darte una sorpresa — Jareth se suelta del abrazo de su madre y se gira hacia mí señalándome — esta es Iris, mamá.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora