36 | Descubierto el culpable, descubierto el inocente

64 10 18
                                    

Sé que Ava no me tiene ninguna estima, pero de ahí a que haya invadido mi privacidad y luego haya contado un secreto que no le pertenece, hay un gran paso, uno de los graves. Nunca imaginé que llegaría a ese nivel de maldad, menos teniendo en cuenta que es una de las mayores fans de Hudson Allen. Parece que eso no ha sido impedimento alguno para hacerle daño a su estrella favorita, porque es obvio que después de salir todo a la luz nada iba a ir bien.

Decido que es hora de dejar de escuchar las risas entre las dos personas que hay en el baño aparte de mí, por lo que, tiro de la cadena con la intención de hacerme notar para luego salir del cubículo. Esta vez el baño se queda en completo silencio, no se esperaban que hubiera alguien más.

Cuando me encuentro cara a cara con ellas, lo primero que veo es la cara de estupefacción de Ava, también puedo vislumbrar algo de temor en su expresión, pero pronto se recompone.

Me fijo en la persona que hay a su lado. A primera vista no sé quién es, pero al darle un pequeño repaso recuerdo que es su prima, esa que tiene nombre de muñeca diabólica. Lo que me lleva a preguntarme qué hace aquí, no trabaja en este sitio.

—Pero mira a quien tenemos aquí — dice Ava, una vez se ha recuperado de su asombro, provocado por mi presencia.

Puedo notar en el tono de su voz la burla y el desafío. Se acerca para comenzar a caminar a mi alrededor. La prima, que parece no tener mucha personalidad, le sigue el juego a mi compañera de trabajo.

La verdad es que compartir ambiente laboral con esta chica siempre ha sido como estar con la típica chica de instituto que intenta hacerse superior a los demás haciéndole la existencia imposible, lo cual es lamentable por su parte, teniendo en cuenta que debería de ser más madura que todo eso. La diferencia aquí está en que, esto ya no es la escuela, todos hemos crecido y madurado, por lo que, estas cosas ya no afectan tanto, o más bien en absoluto, como antes.

Apostaría cien dólares a que Ava era ese tipo de chicas cuando iba al instituto, y lo peor de todo es que si lo fue, es del grupo que nunca llegó a cambiar. Siento pena por ello y por ella.

—Pareces estar muy orgullosa de lo que has hecho — la miro con los ojos entrecerrados, maldiciéndola por dentro.

—Oh, querida — agarra un mechón de mi pelo con desprecio — no sabes cuánto. Gracias a tu descuido he podido sacar un buen beneficio — ríe.

No sabría decir si el hecho de que no intente esconderlo es bueno o malo. Por fin termina su paseo alrededor mío para volver a colocarse al lado de su prima.

—¿Se supone que has sido la única mente brillante de eso o te ha ayudado tu querida prima? — señalo a la susodicha.

—Digamos que ella me ha ayudado a difundirlo un poquito — en ningún momento me quita la mirada de encima.

—Así es — le da la razón la otra, muy orgullosa también — tengo algunos contactos que han hecho que pueda salir en las noticias lo antes posible.

—No teníais ningún derecho de hacer lo que habéis hecho — les digo molesta.

—¿Y eso a nosotras qué más nos da? — contesta Ava, muy sobrada — nadie nos puede impedir nada y nadie sabrá que hemos sido responsables de nada.

—Ahora yo lo sé.

—¿Y crees que alguien te va a creer? No tienes pruebas en contra de nosotras — vuelve a hablar mi compañera, muy segura de sí misma y de lo que dice.

—Todos me creerán — aseguro.

—Si tú lo dices... — rueda sus ojos, como si estuviera cansada de aguantarme — es tu palabra contra la nuestra.

Entre un amor y medio (Entre amores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora