Cuando llego al apartamento de trabajar me encuentro lo mismo que de costumbre, Beth tumbada en el sofá. En el de siempre, para ser más específica. Lo único que ha cambiado de un día para otro es que ahora tiene compañía cada vez que pasa el rato ahí, su versión gatuna.
Kiwi se levanta del lado de Beth para estirarse y venir a saludarme como suele hacer todos los días. Si alguien buscara al gato más cariñoso, afectivo y atento del planeta seguro vendría a por el mío.
Me agacho para poder acariciarlo, en cuanto mi mano entra en contacto con su cabeza comienza a ronronear. Termino de darle mimos y me acerco a saludar a mi amiga.
—Hola. Ya veo que te has puesto al día con el amor de tu vida, que por si no lo sabías, es el sofá — me burlo de ella.
—Es el que nunca me va a traicionar.
—Tú a él tampoco — me río, incluso el dichoso objeto lleva ya la marca de Beth.
—Ahora en serio, aunque no te lo creas hago cosas durante el día — afirma.
—Ya, ya.
—El problema no es que yo pase mucho tiempo aquí, el problema es que últimamente tú andas desaparecida. Llegaría a pensar que solo vienes para dormir, que seguro es lo que haces porque casi no te veo — pensaría que me está reprochando algo, pero veo la picardía y la curiosidad en la expresión de su cara.
—Y a mí me parece que se viene interrogatorio.
—Como nos conocemos, Cooper — sonríe satisfecha de no haber escuchado una negativa por mi parte.
Mi amiga siempre seguirá siendo una máquina que se alimenta a base de chisme y ver películas tumbada en su mueble favorito.
—Hace tiempo que no tenemos una de nuestras noches de chicas y creo que este es el momento perfecto. Ya que te he pillado aquí, ¿qué mejor momento para ello?
—Como soy buena amiga acepto, aunque sé que solo quieres cotillear sobre mi vida pensaré que es porque quieres que nos pongamos al día en general.
—Es que, si lo que quieres es cotillear sobre mi vida amorosa, terminaríamos en un segundo, dos como mucho. La tuya es más interesante — sonríe de manera angelical.
Ruedo los ojos a mi amiga y le aviso de que iré a ponerme cómoda antes de volver para comenzar con su sesión de preguntas. No tardo en regresar con ella, se ve muy contenta por ello.
—El chisme, la gasolina de mi vida — aplaude emocionada, me causa una pequeña risa.
—Más bien el chisme relacionado con mi situación amorosa. Creo que nunca antes has querido saber algo sobre mí con tantas ganas.
—Tienes razón, no me escondo. Pero es que como tu mejor amiga que soy, he vivido y estoy viviendo tu relación con casi la misma emoción que tú. Lo que tú sientas, yo también — me quedo mirándola raro por lo último que ha dicho, lo que hace que siga hablando — me refiero a que, si tú estás feliz y emocionada, entonces yo también lo estoy.
—Pensaba que Jareth ya no te agradaba después de todo.
—Pero te está intentando recompensar, ¿no es eso lo que importa? Que se dé cuenta de sus errores e intente solucionarlos de la mejor forma posible. Al final somos humanos y erramos queramos o no — me quedo mirándola muy atenta, cada vez me sorprende más.
Lo que quiero decir con eso es que yo siempre he sabido que dentro de la Beth alocada, pasota, perezosa y divertida, también ha habido una muy sensata, serena y una persona en la que poder apoyarte en cualquier situación, pero todo esto último nunca lo había sacado tanto a la luz como ahora.
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Entre un amor y medio (Entre amores #1)
Romance¿Qué ocurre cuando comienzas a sentir por dos personas totalmente distintas? Un cantante famoso. Un chico encantador. Y una periodista un tanto curiosa. Por motivos laborales, Iris Cooper debe conocer a Hudson Allen, la sensación del momento. Un can...