G. E. W. W.: D. E. M. |1|

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Yun Luofeng se sintió inquieta en su corazón. ¿Podría ser que algo le pasó a ese tipo?

Sin embargo, cuando regresó a su habitación en la montaña trasera, se dio cuenta de que su preocupación era completamente innecesaria.

La luz de la luna brilló, aterrizando en las facciones sombrías y excepcionales del hombre. Actualmente, la espalda del hombre estaba frente a la luz de la luna, una túnica negra y resistente resaltaba visiblemente su físico perfecto. Sus rasgos faciales eran muy refinados y sus ojos negros como la noche profunda y oscura miraban sin pestañear a Yun Luofeng, que estaba empujando la puerta para entrar.

-¿Estás de vuelta?

La voz del hombre era áspera y magnética, como si fuera un imán que atrajera fácilmente los corazones de otras personas.

-¿Sí? —Yun Luofeng levantó ligeramente las cejas— ¿Me estabas buscando?

El hombre miró fijamente a Yun Luofeng, su rostro frío e inmóvil carecía de emociones.

-Tengo un libro conmigo y vine a buscarte para que podamos estudiarlo juntos.

Yun Luofeng levantó las cejas una vez más, su vista se posó gradualmente en el libro amarillo que estaba abrochado en la mano del hombre.

¿Chungong Tu?

El rostro absolutamente hermoso de la joven mostró un rayo de asombro, y luego levantó la vista, sus ojos miraban fijamente al hombre frente a ella.

-Yun Xiao, ¿estás haciendo esto a propósito?

Si un hombre que sostiene a Chungong Tu irrumpiera en su habitación y dijera que quería estudiarlo contigo, también tendría pensamientos indecentes, incluso si su impresión anterior de este hombre era la de una persona extremadamente pura e inocente.

Yun Xiao estaba perplejo y no podía entender por qué se enojaría tanto después de mirar este libro. Sin embargo, Yun Xiao fue muy honesto y asintió. 

-Esa es de hecho mi intención.

Lin Qiong le dijo que Chungong Tu solo podía ser estudiado por dos personas juntas, por lo que realmente la esperó intencionalmente aquí.

No importa cómo lo pensara Yun Xiao, ¡no habría pensado que Lin Qiong, como su subordinado, tendría el descaro de engañarlo!

-¡Yun Xiao!

Yun Luofeng se rió entre dientes. Empujando el cuerpo del hombre hacia la esquina de la pared, sus ojos revelaron un rayo de luz peligrosa. 

-¿Sabes qué tipo de libro tienes? ¿Y lo trajiste para que podamos estudiarlo juntos?

Yun Xiao frunció el ceño, su corazón finalmente sintió que algo andaba mal. 

-Fue Lin Qiong. Cuando me dio Chungong Tu, me dijo que necesitaba estudiarlo contigo, por eso vine a buscarte.

-¿Quién es Lin Qiong?

-Mi subordinado.

La voz profunda del hombre sorprendió a Yun Luofeng. Ella ya supuso que la identidad de Yun Xiao era cualquier cosa menos ordinaria, pero dado que Xiao Mo le dijo que Yun Xiao carecía por completo de malicia hacia ella, no investigó su identidad.

-¿Creerás cualquier cosa que otras personas te digan?

Yun Luofeng entrecerró los ojos, su cuerpo presionando con fuerza contra Yun Xiao hasta el punto de que Yun Xiao ni siquiera se atrevió a moverse en lo más mínimo. De lo contrario, sentiría que todo su cuerpo se vuelve incomparablemente caliente y seco. Era una sensación intrigante que nunca antes había experimentado.

-Yun Xiao, tengo una pregunta para ti. Cuando la residencia Mu fue incinerada, ¿fuiste tú quien ordenó a alguien que lo hiciera?

¡Era solo su clan Yun el que guardaba animosidad hacia el Primer Ministro Mu Estate! ¡Además, no hubo muchos que tuvieron el coraje de prender fuego a la finca del primer ministro!

-Te hicieron infeliz.

La voz del hombre era fría y áspera. 

-¡Cualquiera que te haga infeliz debe morir! Sin embargo, como no quieres que te vengue, ¡no los maté!

El corazón de Yun Luofeng de repente tembló. Ella era alguien que había vivido dos vidas, pero este hombre era la primera persona que estaba dispuesta a matar por ella.

-Yun Xiao, ¿no querías estudiar Chungong Tu conmigo? —después de volver al presente, los ojos de Yun Luofeng contenían un toque de burla— Puedes abrir este libro ahora. Si hay algo que no entiendes, te lo enseñaré. ¿Qué tal eso?

Yun Xiao era un hombre bueno y obediente, particularmente cuando se trataba de Yun Luofeng: era completamente obediente hasta el punto de acceder a cada una de sus órdenes.