G. E. W. W.: D. E. M. |1|

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-Ye Ling, vámonos.

Por último, Yun Luofeng echó un vistazo al demacrado Yi Bufan antes de que ella se diera la vuelta y caminara hacia la interminable noche oscura.

Ye Ling, quien inicialmente quería acompañar a Yun Luofeng para irse, parecía incapaz de abandonar a Yi Bufan en su estado actual, ya que sus pasos se detuvieron levemente antes de hablarle al hombre de mediana edad de espaldas a él: 

-Tío, a causa de que eres el hermano mayor de mi madre, te advertiré de algo. La familia imperial de Liujin está destinada a terminar, por lo que no debes seguir matando por el emperador.

Después de hablar, no miró al hombre detrás de él mientras corría hacia la dirección que había tomado Yun Luofeng.

¡Bang!

Yi Bufan se dejó caer en la silla y sonrió con amargura. 

-Bai Ling, ¿la razón por la que no me elegiste en ese entonces fue porque yo era demasiado justo y estricto, mientras que Yun Yang era un hombre de sangre caliente? ¿Es posible que mi lealtad hacia el emperador también sea algún tipo de error?

Su hermoso rostro estaba lleno de doloroso sufrimiento como si se hubiera hundido profundamente en sus recuerdos.

-Si la vida se puede repetir, realmente quiero convertirme en una persona común y corriente sin ninguna carga. De esta manera, no es imposible que me vuelva imprudente por una mujer que amo. Desafortunadamente, estoy destinado a ser incapaz de ser alguien sangre caliente.

Yi Bufan ordenó a alguien que buscara más bebida mientras bebía lo que tenía todo de una sola vez. A lo largo de los años, cada vez que recordaba a esa magnífica dama sin igual, confiaba en el efecto paralizante del alcohol para poder sucumbir al sueño en paz.

...

Finca del Tercer Príncipe

-Señorita, ¿ha vuelto?

Qingyan pudo detectar a Yun Luofeng que se acercaba de un vistazo cuando sus lindos ojos en forma de media luna se iluminaron y se apresuró a darle la bienvenida mientras hablaba alegremente: 

-Señorita, ya que ha estado fuera por una noche, creo que está cansada también. Ya he ordenado al personal de cocina que prepare un plato de sopa. Bébalo antes de dormir.

-Bien.

Cuando Yun Luofeng entró en la cocina, de repente un olor fragante asaltó sus fosas nasales. Caminó hacia ese tazón de sopa y se sentó frente a él, tomando ligeramente una cucharada de la sopa que emitía un olor fragante y enviándola lentamente a su boca.

-¿Por qué la comida esta vez es diferente a la de la tarde? —Yun Luofeng frunció el ceño— Este cocinero es bastante bueno e incluso superior en comparación con el cocinero de General Estate. Tendré que discutir esto con Ye Ling mañana para que me regale este cocinero. Al abuelo definitivamente le gustará.

Yun Luo no tenía otro pasatiempo que no fuera comer, por lo que los cocineros de General Estate habían sido contratados por él a un alto costo. Mientras que Yun Luofeng, que estaba acostumbrada a la comida de General Estate, no pudo adaptarse después de llegar a Liujin. No pensó que habría un cocinero en esta propiedad del Tercer Príncipe que poseyera tales habilidades.

Qingyan miró a Yun Luofeng con remordimiento de conciencia. 

-Señorita, no creo que esto sea correcto. Después de todo, este cocinero es de la propiedad de Ye Ling...

-¿Por que no? —Yun Luofeng terminó ese plato de sopa y tomó el pañuelo que Qingyan le había pasado para limpiarse la boca. Luego hizo un estiramiento y se levantó de su asiento— Le haré esta solicitud a Ye Ling mañana. Estoy cansada hoy, así que, Qingyan, puedes continuar y retirarte.

-Sí, señorita, su sirviente se despedirá.

Qingyan se apresuró a llevar el cuenco vacío mientras se marchaba con aire de culpabilidad. Estaba reflexionando internamente cómo iba a seguir con esta mentira.

En el patio, bajo la oscuridad de la noche, un hombre vestido con una túnica negra parecía haberse fusionado con la noche.

Qingyan pudo ver al hombre insensible en el patio con solo una mirada. Después de pensar, finalmente se acercó. 

-Seguí sus órdenes y traje un tazón de sopa para la señorita. Además, no le informé que esto fue hecho por usted.

-De acuerdo. —la voz del hombre era sombría como antes, como si excepto por Yun Luofeng, no estuviera dispuesto a hablar incluso más de lo necesario— Dale esto a ella.