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-¿Cuál fue la situación con el segundo tío? —Yun Luofeng se quedó en silencio por un momento antes de preguntar— ¿Su muerte está relacionada con Jing Lin?

Yun Luo sonrió con ironía. 

-¡Jing Lin no causó la muerte de tu tío, solo miró y no hizo nada para ayudar! Tu tío era el genio número uno de la Familia Yun, cuando era joven, estaba lleno de ambición y de gran espíritu, se convirtió en un Cultivador Espiritual de rango medio en rango máximo a una edad temprana, una sensación que conmovió a todo Longyuan. Pero, una vez, luchó contra alguien que era muy arrogante y esa persona perdió. ¿Cómo podría esa persona estar dispuesta a perder? Así que, al final, envió a algunos maestros hábiles a matar a tu segundo tío para limpiar su vergüenza.

Cuando terminó de decir esto, Yun Luo apretó los puños con fuerza, su viejo cuerpo seguía temblando y sus ojos se llenaron de odio.

-Aunque tu segundo tío tenía talento, era demasiado joven, ni siquiera había madurado todavía, ¿Cómo podría luchar contra tantos expertos fuertes? ¡Pero todavía trató desesperadamente de escapar! Cuando estuvo cubierto de sangre y se arrastró a casa, fui al Palacio Imperial para suplicarle a esos médicos imperiales que ayudaran, pero esa gente había sido bloqueada por esa bestia Jing Lin; no dejó que atendieran a tu segundo tío, incluso me arrodillé, ¡Y él todavía no ayudó!

Al principio, Yun Luo no pensó en dejar que Yun Qingya se hiciera el muerto, ¡Así que fue al palacio en busca de ayuda! Hacerse el muerto fue idea del propio Yun Qingya.

Si las personas de ese poder se enteraran de que todavía estaba vivo, no solo continuarían enviando expertos, ¡Sino que tampoco dejarían ir a la Familia Yun!

En el mundo secular, la fuerza de la Familia Yun era muy poderosa, ¡Pero no era nada comparado con esa fuerza!

-¿Jing Lin tiene rencor contra nosotros, la familia Yun?

Esto era lo que más quería preguntar Yun Luofeng.

Yun Luo asintió con la cabeza. 

-Jing Lin y el primer ministro Mu tienen una buena relación. Él es el maestro de Mu Wushuang, ese sinvergüenza, la nieta de Mu Xingchou.

Fue solo después de escuchar esto que Yun Luofeng finalmente entendió, el dueño original del cuerpo no sabía nada excepto cómo perseguir a Su Alteza el Príncipe Heredero y no le importaban otras cosas, así que solo ahora se enteró de la relación entre Jing Lin y la familia Mu.

-¿Y el emperador? —Yun Luofeng frunció el ceño— Mis padres se sacrificaron por el reino, y también dedicaste toda tu vida al Reino de Longyuan, pero cuando mi tío resultó gravemente herido, ¿No tenía nada que decir?

Los ojos de Yun Luo se oscurecieron un poco. 

Al ver su rostro, Yun Luofeng pudo adivinar lo que estaba pensando y no pudo evitar burlarse: 

-Este emperador, ¿Por qué quieres luchar por él?

-Feng'er, estás equivocada, yo lucho por el reino, no por Su Majestad el Emperador; lo hice por los ciudadanos comunes del Reino de Longyuan.

-¿Ciudadanos comunes? —Yun Luofeng puso una sonrisa severa— Por el bien de estos ciudadanos "comunes", ¿Podrías renunciar a la venganza por mis padres? ¿Podrías renunciar al segundo tío en ese entonces? Abuelo, tú y yo no somos lo mismo; a mí no me preocupan las masas del mundo, ni esos ciudadanos "comunes". Quien toque a mis seres queridos, incluso si eso significa ir contra los cielos, ¡Yo los vengaré!

Los rasgos faciales de la joven eran arrogantes y sus palabras desinhibidas, asustó tanto al general Yun Luo que sus ojos se abrieron; era como si fuera la primera vez que conocía a esta nieta suya, a quien no veía desde hacía muchos años.

-Abuelo, puede que lo hayas hecho por la gente común, pero ¿La gente común tuvo piedad de ti? Después de la muerte de padre y madre, ¿Alguien salió y pisoteó la finca Mu contigo? Además de tu ejército, ¿Quién te ayudó? Cuando el segundo tío resultó gravemente herido, ¿La gente común se puso de pie y suplicó por usted? ¡No! Entonces, ¿Por qué les dedicaste tu vida?

Yun Luo guardó silencio, sabía que lo que dijo Yun Luofeng no estaba mal, él dejó mucho por el Reino de Longyuan, pero cuando necesitó ayuda, ¡Nadie lo ayudó!

-Eras un funcionario meritorio, y tu hijo y tu nuera fueron sacrificados por el reino, pero cuando tu segundo hijo necesitaba ayuda y solo necesitaba un edicto imperial para que el asunto se resolviera. ¡Ese perro no lo hizo! Un emperador como este no es digno de tu lealtad.

G. E. W. W.: D. E. M. |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora