G. E. W. W.: D. E. M. |1|

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Las palabras del élder Ning avergonzaron un poco al élder Rong, su corazón rebosaba de culpa, pero había más ira creciendo en su corazón.

-¡Hmph! —él resopló con frialdad y se volvió para mirar a Gao Tu, que estaba sentado en lo alto, con su rostro frío y geriátrico y dijo— Gao Tu, ¿qué beneficio te dio Mu Wushuang que te hizo favorecerla tanto? ¿De verdad afirmaste que ella es extremadamente talentosa? ¡Si alguien como ella es considerada una genio, entonces Yun'yatou debería ser descrita como una Diosa! Además, te diré algo por la bondad de mi corazón, mi maestro estuvo gravemente enfermo antes y nadie fue capaz de curarlo. Fue solo esta chica quien lo curó, entonces, ¿cómo puede Mu Wushuang compararse con ella?

El cuerpo de Gao Tu se estremeció y su expresión se volvió cada vez más atónita.

¿Era Yun Luofeng realmente una Doctora Divina que incluso podía curar una enfermedad que dejaba indefensos a todos los expertos del Pabellón Médico? ¿Cómo... cómo era esto posible? ¡No podía creer que habría un día en que esta basura realmente podría revertir su fortuna!

-Y mientras estoy en eso, te diré algo más: el único que puede curar a Gao Ling en este mundo es Yun'yatou.

La comisura de los labios del élder Rong se levantó con una sonrisa fría, sin tener en cuenta la conmoción que sus palabras trajeron a la mente de Gao Ling.

En este momento, Wu Ran se encogió en un rincón, todo su cuerpo temblaba sin cesar mientras trataba de disminuir su presencia.

Aunque se dijo que toda la tierra en este mundo era tierra imperial, ¡todavía había una sola persona a la que el Emperador respetaría! ¡Esa persona era este anciano del Pabellón Médico! Especialmente después de escucharlo decir que Yun Luofeng también era e asalvador del Pabellón Médico, Wu Ran sabía que debido a esta relación, sin duda él no lograría el resultado deseado.

Sorprendentemente, la Noble Consorte Mu no se atrevió a tener ninguna queja y se mordió los labios con dureza mientras miraba venenosamente a Yun Luofeng por el rabillo del ojo.

-¿Dijiste que Yun Luofeng puede curar al Príncipe Heredero? —Gao Tu se sorprendió cuando miró rápidamente a Yun Luofeng con creciente ansiedad.

-Eso es correcto, pero con la situación actual, ni siquiera pienses en Yun'yatou tratando a Gao Ling. —dijo el élder Rong con una sonrisa fría— Además, ¿no escuchaste las palabras anteriores del élder Ning o es que no querías ejecutarlo? ¡Convoca inmediatamente a Mu Wushuang al palacio! También quiero que todos entiendan que tu familia imperial no vale mucho.

Dentro del salón principal, todos los ministros suspiraron.

Entendieron profundamente la posición del Pabellón Médico en este continente y también sabían que incluso la familia imperial sería extremadamente respetuosa con el Pabellón Médico. Sin embargo, no podían imaginar que la consideración de la familia imperial por el Pabellón Médico no fuera por respeto sino por miedo.

Las personas corrientes eran como ranas en el fondo del pozo; solo conocían la fuerza de la familia imperial, pero no sabían que había una existencia más indomable por encima de la familia imperial.

-Élder Rong. —Gao Tu vaciló un poco y dijo con el ceño fruncido— Incluso si Yun Luofeng sabe medicina, ¡no significa que su talento sea más fuerte que el de Wushuang! Tal vez fue una mera coincidencia que pudiera curar a ese miembro de su Pabellón Médico. La habilidad médica de Wushaung ha sido reconocida por muchas personas.

No importa qué, Gao Tu no estaba dispuesto a creer que una basura como ella poseyera tal influencia.

-¡Un montón de tontos ignorantes! —el élder Rong miró con desdén a Gao Tu y dijo burlonamente— Debe haber sido Jing Lin quien te contó sobre el talento de Mu Wushuang. ¿Qué tan creíbles son las palabras de ese tipo? No estaba haciendo nada más que tocar su propio cuerno, incluso 100 Mu Wushuang no se pueden comparar. ¡Con una Yun Luofeng! Te daré otra oportunidad. Si no convocas a Mu Wushuang y Jing Lin aquí, iré personalmente a la Finca del Primer Ministro. Para entonces, no tengo idea de cómo resultará la Finca del Primer Ministro.

-¡Su Majestad! —la Noble Consorte Mu gritó de miedo, su hermoso rostro estaba mortalmente pálido y sus uñas se clavaron profundamente en su palma.

-¡Su Majestad, Wushuang es inocente! Debe ser Yun Luofeng incriminándola, ¡le ruego a Su Majestad que le dé justicia a Wushuang.