G. E. W. W.: D. E. M. |1|

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-¿Qué?

El élder Rong golpeó furiosamente la mesa y se puso de pie. Sus ojos miraban fijamente a Fang Ya, quien vino a avisarle, y preguntó con los dientes apretados: 

-¿Qué acabas de decir? ¿La gente del clan imperial había inhalado una tremenda cantidad de coraje, tanto que en realidad se atrevieron a arrestar a Yun'yatou?

Fang Ya se secó el sudor de la frente, la ansiedad escrita en todo su atractivo rostro. 

-Élder Rong, personalmente fui testigo de esto. No solo arrestaron a la señorita Yun, sino que incluso Ning Xin de la familia Ning también fue capturada por parte del clan imperial.

Al escuchar esto, la furia en los ojos del élder Rong disminuyó gradualmente y fue reemplazada por una mirada extraña. 

-¿Dijiste que los del clan imperial se llevaron a Ning Xin?

-Sí, élder Rong. —informó respetuosamente Fang Ya.

El élder Rong se sentó lentamente y una mueca apareció en su rostro cuando dijo con desdén: 

-¿El clan imperial está tratando de buscar su propia muerte? Fang Ya, recuerdo que el élder Ning llegará a Long Yuan hoy. Espéralo fuera de la puerta de la ciudad más tarde y dile que su nieta y su ahijada fueron capturadas por el emperador perro y están esperando que él las rescate.

-Sí.

Fang Ya ahuecó los puños en señal de saludo, sus ojos seductores se volvieron helados.

El clan imperial podría haber arrestado a cualquiera, pero solo tenían que llevarse a Yun Luofeng. ¡El Pabellón Médico no solo tenía una deuda de gratitud con Yun Luofeng, sino que también era muy apreciada por el élder Ning! Habiéndosela llevado, ¿cómo podría la familia Ning dejar ir al clan imperial?

-Espera. —el élder Rong de repente pensó en algo y se levantó de nuevo, frunciendo el ceño— De esta forma, ¿no estoy entregando la oportunidad de congraciarme con Yun'yatou al élder Ning? Eso no funcionará, no puedo dejar que el élder Ning tenga la ventaja en este asunto; también debo entrar al palacio ¡yo mismo!

...

El salón principal del Palacio Imperial no solo era resplandeciente y magnífico, sino también fríamente majestuoso e imponente.

En este momento, en medio del salón principal, Wu Ran miró fijamente al abuelo y la nieta de la familia Yun con ojos llenos de odio. La intención asesina en sus ojos también era increíblemente intensa y afilada como una espada.

Todos los ministros se pararon en dos filas en el salón, ninguno de ellos se atrevió a respirar. Todos observaron con cautela al Emperador, Gao Tu, que estaba sentado muy por encima de ellos.

La expresión de Gao Tu estaba lívida y su mirada helada se dirigió a Yun Luofeng, que estaba de pie en medio del pasillo. Su tono fue duro cuando denunció: 

-Yun Luofeng, ¿por qué no estás de rodillas cuando ves a Zhen?

Yun Luofeng sonrió. 

-Mi viejo una vez buscó un edicto imperial de usted. ¡Ese decreto imperial me permite no arrodillarme sin importar con qué miembro imperial me encuentre! ¿Podría ser que quiera revocar su decreto?

Solo entonces Gao Tu recordó el decreto que acordó ese día, y su expresión involuntariamente se volvió más desagradable.

-¡Qué audaz!

La noble consorte Mu estaba sentada mientras se apoyaba en Gao Tu, y su hermoso y seductor rostro cambió instantáneamente después de escuchar las palabras de Yun Luofeng. Su delicada mano aterrizó sobre el escritorio mientras reprendía enojada: 

-¿Quién te permitió ser tan groseao en este salón? ¡El decreto fue dado por Su Majestad, por supuesto, él puede revocarlo!

Yun Luofeng miró a la Noble Consorte Mu con una sonrisa. 

-Si el Emperador planeó revocar este decreto, entonces yo, Yun Luofeng, no tengo nada que decir al respecto. Sin embargo, si esto llega a los oídos del público, Su Majestad incumplirá su palabra y la reputación del Palacio Imperial caerá desastrosamente.

La expresión de Gao Tu parecía impaciente, y recorrió con la mirada a la Noble Consorte Mu, usando una mirada que detuvo las palabras que estaba a punto de soltar.

Luego, sus ojos se posaron en Yun Xiao y Ning Xin junto a Yun Luofeng, y dijo con frialdad: 

-Zhen te excusará de arrodillarte y saludar, ¡pero tu guardia y tu sirvienta realmente no tienen modales! Todavía se atreven a pararse en el salón principal. ¡Arrodíllense ante Zhen en este instante!

Su voz era digna y dominante, revelando un mordisco, mientras resonaba gradualmente dentro de este salón principal.

Yun Xiao no habló, su rostro sombrío no tenía expresión desde el principio. Sus ojos oscuros siempre estaban fijos en la chica que estaba a su lado, como si no escuchara la voz de Gao Tu y lo ignorara directamente.