18. Tokyo Disney

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Al día siguiente, se prepararon y salieron de compras. El paseo, las compras y esa rara sensación de comprar unos bonitos anillos para recordar su viaje, tenían a Jimin saltando en las nubes.

Jungkook había pensado en todo para los dos, cada detalle, cada gesto, todo para demostrarle lo mucho que lo amaba. No necesitaban mucho más. Si estaban juntos podían ser felices.

Jimin creía saber a dónde lo llevaría Jungkook, pero prefirió callar y no decir nada, para dejarse sorprender por su maravilloso novio. Cogieron un taxi rumbo a Disney. La felicidad que sintió Jimin hizo que sus ojitos desaparecieran.

-¿Estás feliz? - Preguntó Jungkook.

-Inmensamente feliz, amor.

Al poco rato llegaron a Disney. No tuvieron que hacer cola para comprar las entradas porque Jungkook las compró desde Seúl antes del viaje.

Así que sin ningún tipo de espera entraron en las instalaciones. Nada más entrar, Jungkook compró un gorro de Mickey Mouse y se lo puso a Jimin.

-Gracias, amor. ¿Por dónde empezamos? - Preguntó Jimin.

-Por donde quieras.

-¿Vamos a las tazas?

-Está bien. Comencemos por ahí.

Pasaron todo el día de juego en juego, disfrutando como niños, mientras Jungkook seguía grabando todo a su paso.

-Baja ya esa cámara un rato. - Dijo Jimin.

-No seas malo, amor. Sólo quiero guardar un hermoso recuerdo de estos días.

-Ok, ok. Está bien, amor.

Pasaron por la calesa y el tren fantasma. La exhibición de Jack fue el último paseo. Cuando iban a regresar, pasaron por una de las tiendas y Jungkook compró un hermoso ramo de rosas que entregó a Jimin.

Jimin miraba las flores cuando escuchó hablar a Jungkook, arrodillado en el suelo con una cajita en su mano.

-Jiminssi, amor de mi vida, ¿quieres ser mío para siempre del mismo modo que yo seré tuyo?

-¿Estás seguro de esta locura, amor? Sabes las consecuencias que puede tener todo esto.

-Estoy más seguro que nunca.

-Entonces, sí. ¡Sí quiero! - Dijo Jimin con los ojos cristalizados.

Un hermoso beso selló los labios de Jungkook, y algunas personas que pasaban por ahí, sólo pudieron aplaudir al ver la emoción de los dos.

Los chicos corrieron hasta una de las oficinas para alejarse de la gente, pero en ese momento Jungkook le dijo a Jimin:

-¿Te parece bien hacerlo ahora oficialmente?

-¿De qué hablas? - Preguntó Jimin.

Jungkook señaló detrás de Jimin, y éste se giró para darse cuenta de que estaban junto a la capilla de Disney. Sus ojos se llenaron de lágrimas en segundos.

-Tranquilo, amor. - Dijo Jungkook - Si no quieres, está bien. Sólo no llores. Yo te amo igual, aunque no nos casemos.

-¿Quién dice que no quiero? Sólo que, en todos estos años, nunca pensé que tendríamos el coraje suficiente para hacer algo así. Claro que quiero ser tu marido.

Entraron en la capilla y se reunieron con el oficiante de la ceremonia. Les habló sobre lo que implica el matrimonio y les recordó que lo más importante era el amor.

Tras esta charla, pasaportes en mano, rellenaron algunos papeles, y la ceremonia comenzó. Cada uno dijo sus improvisados votos.

-Prometo ser tu eterno cachorro, tu guardaespaldas y tu chef. Prometo respetarte y amarte como la persona maravillosa que eres. Gracias por hacerme ver lo que es el amor real. Gracias por entrar en mi vida y cuidar de mí desde siempre. Te amo, Jimin.

-Prometo ser la luz en cada momento de duda. Prometo cuidar tu cuerpo y alma del mismo modo. Prometo amarte y respetarte cada día de mi vida, y en la siguiente volver a encontrarte. Porque siempre tú serás yo y yo seré tú. Te amo, Jungkook.

El oficiante los declaró oficialmente casados y les dio el permiso para el beso. Los chicos se dieron un beso tan lleno de amor y pasión, que hasta los testigos se sonrojaron.

-Espero que me perdones por los bóxer que te regalé en tu cumpleaños.

Jimin comenzó a reír de tal manera que casi se cae al suelo. Por suerte, Jungkook reaccionó rápido y lo sujetó en sus brazos.

-Te amo, bebé. Y esos bóxer me quedan preciosos.

Las risas de los dos no tenían límites. Estaban felices y ahora era lo único que importaba.

Después de cenar, llegaron al hotel dispuestos a ir a la cama. Jungkook se tiró en la cama y Jimin fue a darse una ducha. Mientras se duchaba, Jungkook lo miraba desde la cama.

-Te ves tan hermoso, amor. - Dijo Jungkook.

Jimin, travieso, asomó su cabeza y pidió a SIRI un tema. Jungkook miraba sin entender qué estaba pasando, cuando empezó a sonar un tema muy sensual. Jimin comenzó a bailar en el baño de forma muy provocativa, mientras Jungkook lo miraba desde la cama con la boca abierta.

El vidrio del baño se empañaba, pero Jimin apoyaba su cuerpo y dejaba ver partes muy sabrosas. Jungkook trataba de contener su erección dentro de sus pantalones, pero ya no podía resistirse, y comenzó a quitarse la ropa sin quitar la vista de su marido.

Llegó al baño y sin pensarlo, agarró a Jimin de las nalgas y lo alzó a su cintura, dejando sus erecciones juntas mientras sus manos se aferraban a sus nalgas con fuerza.

Sus besos apasionados los llevaron a la cama, donde se comieron a besos. Jungkook bajó por el cuello de Jimin hasta sus tetillas que estaban muy firmes y excitadas. Pasó por ellas, dejando besos húmedos por su ombligo, hasta llegar a su miembro.

Los gemidos de Jimin se mezclaban con el ruido de la boca de Jungkook mientras lamía toda su extensión. Las manos de Jimin se aferraban con fuerza a las sábanas de seda, mientras sus pies se tensaban con cada ola de placer.

-Por favor, no te detengas. - Dijo Jimin.

-Creo que mi marido quiere más de mí.

Las manos de Jungkook fueron directas a la preciosa entrada de Jimin, sólo que esta vez, el que tenía una sorpresa era Jungkook. Cogió un poco de lubricante y lo pasó por la entrada de Jimin para luego darle paso a un hermoso juguete rosa que hizo que Jimin arqueara la espalda.

-¡Amor, por dios! ¿Qué estás haciendo? Me voy a correr demasiado rápido si haces eso. - Dijo Jimin entre gemidos.

El cuerpo de Jimin se llenó de placer hasta correrse en la boca de Jungkook.

-Me encanta intercambiar fluidos corporales contigo. - Dijo Jungkook relamiéndose, y Jimin sonrió.

El cuerpo de Jungkook estaba en llamas, pero trataba de contener todas sus ganas, dándole tiempo a Jimin de calmarse. Nunca quitó el juguete de su entrada, y cuando Jimin se relajó, Jungkook sacó el juguete y su miembro ocupó su lugar.

De buenas a primeras, estaba dentro de Jimin, sintiendo toda la presión de sus paredes internas. Podía sentir la fuerza que hacían sus nalgas por presionarlo más y más con cada embestida.

Jungkook lo giró sin salir de su interior y, agarrándolo de las caderas, comenzó a sacudirlo haciendo que su miembro entrara y saliera con fuerza. La vista de la espalda transpirada de Jimin, con su torso sobre la cama, y su preciosa entrada, tan deliciosa, abriéndole paso en cada estocada, era la mejor vista que Jungkook podía tener.

Jungkook salió de ahí sólo para ver el espacio que su miembro dejó al salir, y para lamerla con pasión, entrando con su lengua en punta, tratando de llenar el espacio, haciendo que Jimin pidiera que regresara. Jungkook volvió a meter su miembro y sólo bastaron un par de estocadas más para que se corrieran los dos.

Sus cuerpos transpirados y agitados, estaban empapados de sudor. El pelo de Jimin estaba pegado a su rostro y la cara de Jungkook, empapada del semen de Jimin. Nada de eso importaba, Jimin se acomodó sobre el pecho de Jungkook mientras se miraban, cuando Jungkook, apuntándolo con el dedo índice, dijo:

-Porque tú eres yo....

-Y yo soy tú. Siempre. - Añadió Jimin, juntando su dedo índice con el de Jungkook.

-Siempre. Te amo, Jimin.

-Y yo a ti.

ESTABA DESTINADO A AMARTE (Jikook / Kookmin / Mingukkie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora