34. La alfombra blanca

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Pasaron una cena muy agradable, con velas y música suave de fondo.

-¿Te gustó la comida, amor? - Preguntó Jimin.

-Perfecta, como todo lo que haces, mi vida. Ahora quiero mi postre. ¡Me lo debes!

-Ok. Espera un segundo. - Dijo Jimin mientras salía caminando hacia el baño.

-¿Qué tramará este? - Pensó Jungkook.

Pasaron unos minutos y Jungkook se estaba poniendo impaciente.

-¿Todo bien, bebé?

-¡Apaga la luz! - Gritó Jimin desde el baño.

Jungkook apagó la luz y Jimin salió del baño con una camisa de seda blanca, y un bóxer del mismo color.

-¿En verdad eres tú o estoy en el cielo y eres un ángel?

-Creo que lo que tengo en mente resta mucho que pensar de un ángel. Creo que esta noche seré tu ángel caído.

Jimin se sentó en las piernas de Jungkook y cogió la copa de vino que éste tenía en su mano. Le dio un trago y dejó parte del vino en su boca. Buscando un beso en esos labios que siempre lo desespera, compartió el delicioso vino desde sus labios, y se fundieron en un beso tan dulce como apasionado.

-Eres mío, todo mío, y te deseo.

Esas palabras se escapaban de los labios de Jimin, mientras desbrochaba la camisa de Jungkook y comenzaba a dejar un camino tortuoso de besos, desde su mandíbula, pasando por su cuello, dejando marcas que seguramente durarían unos cuantos días.

Los gemidos entrecortados salían de la boca de Jungkook, mientras Jimin hacía estragos con su cordura, y ni hablar de su cadera, que lenta pero tortuosa, movía sobre la erección de Jungkook.

-Me estás matando dulcemente. - Dijo Jungkook.

-No, bebé. Sólo te estoy haciendo el amor.

Jimin bajó de las piernas de Jungkook para quedar entre ellas de rodillas en el suelo, mientras desbrochaba los botones del pantalón de Jungkook.

Con cara de malicia, Jimin acercaba sus dientes a la erección de Jungkook, aún bajo sus pantalones, rozando descaradamente de punta a punta.

Los ojos de Jungkook quedaron en blanco y se dejó hacer a placer de su pareja.

Jimin tiró de sus pantalones, arrastrando su bóxer junto con ellos, dejando al descubierto el cuerpo de Jungkook, que sólo tenía la camisa, pero desabrochada.

Jimin retrocedió y palmeó la alfombra de pelo blanco, haciendo que Jungkook lo siguiera. Cuando estuvo sentado a su lado, los dulces besos regresaron y Jimin recostó a Jungkook suavemente sobre la alfombra.

-Eres mío, todo mío. - Dijo Jimin.

-Sólo tuyo, siempre tuyo.

El camino de besos que Jimin comenzó con anterioridad, fue puesto en marcha otra vez, mientras Jungkook acariciaba el pelo de Jimin.

Cuando llegó a su miembro, Jimin no se pudo resistir y le dio una lamida suave pero profunda, haciendo que Jungkook abriese los ojos para observar lo que Jimin estaba haciendo.

Jimin siguió bajando con su lengua, dejando un rastro de saliva sobre sus testículos, pasando directamente a la entrada de Jungkook, que gustosa recibió la lengua de su marido, mientras la movía lentamente, haciendo que se aflojara para él.

-¿Me deseas? - Preguntó Jungkook.

-Mucho. ¿Puedo seguir amándote así?

-Puedes hacer conmigo lo que quieras.

Mientras la lengua de Jimin seguía jugando en la entrada de Jungkook, sus dientes dejaban pequeñas marcas en esos muslos que se veían perfectos desde cualquier ángulo.

Jimin mordió, luego agarró el miembro de Jungkook para estimularlo más, y en ese jadeo, introdujo uno de sus dedos en la entrada de Jungkook.

Jungkook acomodó sus piernas para darle espacio, y Jimin metió otro dedo más, comenzando a moverlos para hacerse espacio dentro de él. Los gemido y retorcijos de Jungkook ponían más loco a Jimin.

-Si piensas seguir así, me voy a correr antes de tenerte....

Pero Jimin no le dio tiempo a decir nada más, mientras su erección se colaba entre las paredes apretadas de Jungkook y los dedos, que aún continuaban en su interior.

Sacó los dedos para poder agarrar la cadera de Jungkook con una mano, mientras que, con la otra atendía al pene erecto de Jungkook.

La combinación de las fuertes estocadas a su próstata, tenían a Jungkook en un mar de gemidos agónicos por querer correrse. Pero Jimin estaba dispuesto a hacer que la noche fuera larga, muy larga, y no pretendía salir de Jungkook tan rápido.

Jimin desaceleró las embestidas, llegando a su boca para robar besos, mientras se enterraba más en su interior y arremetía contra en interior de Jungkook.

Jimin frenó y lo subió sobre sus piernas, para que Jungkook quedara montándolo.

-Si no me dices que te gusta, me voy a salir. - Dijo Jimin.

-Eso lo tendrías que haber hecho antes de quedar debajo de mí. Ahora el ritmo lo pongo yo. - Dijo Jungkook moviendo sus caderas, subiendo y bajando sobre el pene de Jimin.

Jimin aceleró las caricias en el miembro de Jungkook, mientras levantaba más sus caderas, provocando que se corrieran juntos en un grito de placer. Jungkook se dejó caer sobre Jimin y se besaron.

Todo era perfecto; el lugar, el fuego, las personas, y la pasión con la que se entregaban mutuamente en cada ocasión.

-Te amo con toda mi alma. - Dijo Jimin, mientras acariciaba la espalda de Jungkook. - ¿Estás bien, amor?

-Sí, bebé. Sólo estoy cansado. ¿Me puedo dormir sobre ti?

-Sólo un poquito.

Pero los dos sabían que eso era mentira, y se durmieron el resto de la noche, agotados.

ESTABA DESTINADO A AMARTE (Jikook / Kookmin / Mingukkie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora