Algo un poco... ¿Desconocido?
Suspiro
—Ahora sí... vamos.Luego de salir del baño, iba a encontrarme con las chicas, pero ya habían tocado para ir al curso. Supongo que duré más de lo que pensaba allí. Aún me sentía triste. Hoy realmente me estaba esforzando para que mi expresión cambiara, para que no se notara. Hice lo mejor que pude.
Una vez en clase, no podía pensar con claridad. No estaba prestando atención.Maestro Feliz:
—Señorita Smitt...—Señorita Smitt...
—¡Rous Smitt! —llamó el profesor, alzando la voz.
No lo había escuchado las veces anteriores. Me perdí en mis tristes sentimientos, mientras miraba por la ventana y me sumergía en emociones vanas.
Hasta que Williams me tocó disimuladamente con el codo, para que reaccionara.—Disculpe, señor, estaba pensando en algo.
—Se notaba, señorita Smitt. Espero que esos pensamientos que tuvo hayan sido sobre la clase. Por favor, pase al frente y dígame su opinión sobre lo que hablamos hoy.
El profesor se acercó lentamente a mi escritorio, frunciendo el ceño.
—¿Q-qué?... Y-yo... —Dios mío, ayúdame. ¿Qué hago? No escuché nada en absoluto. Solo faltaban dos minutos para el receso...
—Señorita Smitt, creo que no me escuchó bien de nuevo. Pase al frente. A-H-O-R-A —dijo el profesor con firmeza, mientras todos mis compañeros, que aún no conocía bien, me miraban con sorpresa.
Justo cuando me iba levantando de mi asiento, Williams se puso de pie.
—Profesor, ¿puedo ir al baño?
¿En un momento como este le dan ganas de ir al baño? ¿En serio?
—Sí, ve. Rápidamente.
Riiing-Riiing-Riiing
Gracias a Dios, ya tocaron.
Todos comenzaron a salir, pero aun así el profesor no me lo dejó pasar. Ahora debo entregar un trabajo práctico por no haber prestado atención en clase... Ni siquiera sé de qué tema hablaron.
Hoy no me siento bien.
Siento que no soy yo misma.
Siento el corazón pesado, adolorido... y triste.Durante el receso
Las chicas me escribieron para ir por un café, a una cafetería cercana. Les dije que se adelantaran, que las alcanzaría en un rato.
Subí a la azotea de la universidad y me senté en el suelo, tras un muro.No sé por qué me siento así. No sé por qué estoy llena de pensamientos negativos y tristes. ¿Es esto acaso una prueba?
No creo poder soportarlo... —pensaba, mientras las lágrimas volvían.Todo esto que me está pasando... me resulta tan desconocido.
A veces me pregunto:
¿Cómo sería si, en vez de que mis padres hubieran muerto... hubiera muerto yo?
¿Si los roles se hubieran intercambiado?
¿A alguien le hubiera importado...?Luego reaccioné.
No, Rous... no pienses eso, me dije.
¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué pienso tanto disparate?Pero no podía evitarlo.
Gritaba por dentro mientras mis lágrimas salían con más fuerza.Era como si escuchara dos voces dentro de mí.
No quería pensar así... pero lo hacía.
Era como si no fuera yo.Y entonces, cuando entraba en razón, me preguntaba:
¿Por qué hago esto...?Aún me sentía dolida.
Pasado un rato, respiré profundo, me sequé las lágrimas...
y me puse en marcha hacia la cafetería donde estaban las chicas.En la cafetería
Al entrar, nuestros ojos se cruzaron.
Era Williams.
Claro... aquí estaba la mayoría de la universidad.Nos quedamos mirándonos unos 10 segundos como máximo.
Yo me forcé a sonreír, pero por su expresión, supe que no le daba gusto verme.
Me miró con el ceño fruncido y luego volvió a hablar con sus amigos.Finalmente, localicé a Clara y Esther. No estaban solas: las acompañaba un grupo de chicos —tres bastante apuestos, aunque con una forma de vestir peculiar— y dos chicas algo extravagantes.
Aun así, pueden ser buenas personas. No es bueno juzgar por las apariencias.
—Hola, chicas —dije mientras me acercaba.
—¡Oh, Rous, viniste! Realmente pensé que no vendrías. Ven, toma asiento. Te presento a mis amigos: ellos son Dereck, Emir, Angelo, Katerin e Isabela —dijo Clara—. Chicos, ella es Rous.
—Un gusto. Soy Rous —les dije, intentando mostrar una expresión natural.
Dereck:
—¿Qué harán esta noche?Clara:
—Yo nada. ¿Y ustedes?Emir y Angelo:
—Nada.Dereck:
—¿Y ustedes, chicas? ¿Tienen planes?Katerin:
—Lo siento, hoy tengo que cuidar a mi hermano menor y a mi sobrina.Isabela:
—Saldré a una cita con mi novio.Dereck:
—Bueno, okey. ¿Y tú, Rous? Si no tienes nada que hacer, vengan a una fiesta. Es en casa de un buen amigo mío. Tú también, Esther.Rous:
—No, gracias. Hoy tengo culto en la noche. No quiero ir, pero gracias por la invitación.Esther:
—Yo igual, tengo culto.Isabela:
—Ah... ¿ustedes son religiosas? No lo sabía —dijo, un poco incómoda y sorprendida.Rous:
—¡No! No soy religiosa —dije con firmeza—. Soy cristiana. Es diferente.Emir:
—¿Y no es lo mismo?Esther:
—¡No lo es!Clara:
—Bueno, ya. No importa si no pueden ir. La próxima vez nos reunimos para que se conozcan mejor.Rous:
—Suspiro Sí, está bien. Bueno, ya vámonos. Ya casi tenemos que entrar a la siguiente clase.Continuará...

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Somos tres
Teen FictionSinopsis: Hola, soy Rous Smitt. Toda mi vida he sido "cristiana". Participo en los cultos de jóvenes, en las actividades de la iglesia... siempre sonriente, siempre activa. Pero detrás de esa sonrisa hay un vacío que me consume. Un peso que escondo...