Un recuerdo del pasado que hace llorar mi corazón
Ya era de día. Según el horario, hoy me toca en la tarde, así que puedo aprovechar para hacer algunas cosas. Mientras tanto, pondré algo de música —pensaba, mientras me levantaba, bostezando, de mi cama.
—Gracias, Dios, por este nuevo y maravilloso día que me acabas de dar. Como siempre, que hoy, mañana y siempre, seas tú mi guía —dije sentada en el borde de la cama, con los ojos cerrados.
—Bien, ahora pondré un poco de música mientras arreglo unas cosas.
Cuando desconecté el celular del cargador, vi que tenía muchos mensajes, tanto en WhatsApp como en un grupo.
—¿Qué es esto? Ohhh, es de la clase de medicina... —Bueno, al parecer hablan mucho. Creo que lo pondré en silencio —pensaba mientras leía la conversación.
Y ahí fue cuando lo recordé: se me había olvidado por completo que Williams me dijo que me enviaría los apuntes pasados. ¿Será este número desconocido de él?
Comencé a revisar todo lo que me había mandado. Al parecer los envió anoche. Ni siquiera le agradecí. Aunque estaba durmiendo... bueno, le daré las gracias ahora. Mejor tarde que nunca.Rous:
—Hola, buen día. Bendiciones.
—Gracias por mandarme los apuntes de la clase.
—Si necesitas algo en lo que pueda ayudarte, me avisas.Williams:
—De nada. Trata de hacer lo más que puedas hoy. Ahorita nos toca con el maestro más exigente.Rous:
—Muy bien, gracias. Lo tendré pendiente. Adiós.Y así fue como terminó nuestra primera conversación en línea. Wow, es menos irritable por mensaje que en persona —pensé.
Después me puse a hacer los quehaceres de la casa, y luego empecé a pasar los apuntes que me mandó Williams.
Pero mientras los escribía, me acordé de algo...Antes de transferirme de universidad, tenía dos amigos. Eran como mis hermanos.
Pero un día comenzaron a ignorarme, ya casi no hablábamos. Hasta que un día... los dos me dijeron que nuestra amistad ya no funcionaba.
Aún recuerdo las duras palabras que me dijeron, es como si estuvieran grabadas en mi mente y en mi corazón.
Recuerdo que pasé semanas llorando todas las noches. Me ponía el pijama, me acostaba en la cama abrazando mi almohada, recordando todos esos momentos que habíamos vivido.
Teníamos una amistad de más de 9 años.
Todas las noches, antes de dormir, esas palabras volvían a mí como eco: las que me rompieron.
Y yo me preguntaba: ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Fue mi culpa? ¿Hice algo que no les gustó?
Todos esos pensamientos venían a mi mente mientras lloraba.
Y mientras más profundos eran los pensamientos... más ganas tenía de llorar.
Y hoy... todavía me lo sigo preguntando: ¿Qué fue lo que hice mal?—N-no... ¿qué pasa de nuevo? —susurraba mientras sentía mis lágrimas recorrer mis mejillas.
Sentía esa inquietud... ese dolor en el corazón.
Ahora mismo, solo quería tirarme al suelo y llorar hasta olvidarlo todo.
Pensé que ya lo había superado.
Pero cada vez que veo, pienso o siento algo que me recuerde a nuestra amistad... no puedo evitar sentirme triste.
Porque es realmente duro pensar que, durante nueve años, fui la única que creyó en una amistad que... en realidad, nunca existió.EN LA UNIVERSIDAD
—¡Oh, no! Y ahora... ¡tengo los ojos rojos e hinchados! ¡No puede ser! ¡No quiero que se den cuenta! —pensaba angustiada en el baño de la universidad—. Además, Esther y Clara deben de estar buscándome...
—... —me mordía el labio sin darme cuenta, hasta que recordé que tenía unas gotas para la vista. Eso servirá para el enrojecimiento.
Así que lavé mi cara en el lavamanos del baño y me puse las gotas. Harían efecto en unos cinco minutos.
Mientras me secaba las manos frente al espejo, noté mis labios un poco rojos. Seguro fue por haberlos mordido hace un rato... pero ya no importaba.—Bueno... ya es hora, Rous. Tranquila. No demuestres lo triste que estás y no pienses cosas negativas —me decía a mí misma, mirándome en el espejo con firmeza.
Mientras tanto, sentía cómo mis ojos volvían a humedecerse con unas lágrimas tristes.
Suspiro
—Ahora sí... vamos.CONTINUARÁ

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Somos tres
Teen FictionSinopsis: Hola, soy Rous Smitt. Toda mi vida he sido "cristiana". Participo en los cultos de jóvenes, en las actividades de la iglesia... siempre sonriente, siempre activa. Pero detrás de esa sonrisa hay un vacío que me consume. Un peso que escondo...